Es curioso como con el tiempo empiezas a echar de menos todas aquellas cosas que dejaste en el recuerdo, ya no solo situaciones o acontecimientos o incluso personas y amigos que ya no volvemos a ver sino también insectos que son propios de un país y que al emigrar no volvemos a ver más. En mi país (Argentina) no sé si debido a su clima húmedo lo cierto es que en las épocas veraniegas ciertas especies invadían el patio de mi abuela, aquello era una invasión en toda regla ya que por ejemplo cuando venían las mariposas todas las casas se poblaban de estas cositas aladas de colores suaves desde el celeste al amarillito y corríamos tras ellas intentando casarlas. No todos los insectos eran de tal belleza ya que también hacían su aparición las arañas pollito (que según tengo entendido su nombre se debe no solo a que son peludas sino que incluso emiten un sonido como si piaran) y resultaba de pánico ver aquellas criaturas sobre la pared blanca del patio del tamaño de un melocotón. Muchas veces pienso si aquellas visitas del mundo animal no fueron producto de mi mente infantil por lo alucinantes e increíbles, recuerdo aquellos gusanos verdes con púas en la espalda que se tornaban grises y horrorosos con sus más de seis centímetros de largo y que se comían los duraznos exquisitos de uno de los árboles del jardín o aquellos bichos canasto que colgaban de las ramas y cuya canastita apretábamos con el fin de sacar al bicho que moría en el intento. Por las noches calurosas las luciérnagas o bichitos de luz alumbraban nuestras charlas en la terraza, mientras seguidos por el puntito rojo, intentábamos agarrar alguna para quedarnos asombrados de ver como encendían y apagaban su cola, o cuando en aquellas lluvias ocasionadas por le calor llovían ranitas, seguramente por la eclosión al contacto con el suelo de los huevecitos que se habían evaporado en las nubes, aquel misterio nunca supe como se realizaba pero lo cierto es que el suelo se llenaba de miles de ranitas bien formadas, del tamaño de un centímetro y que caían del cielo. No podía olvidarme de las gatas peludas, gusanos parecidos a los de la procesionaria que como no, invadían nuestros patios y nuestras plantas. En mi memoria quedan también recuerdos para el Carancho y El Hornero, dos aves tan diferentes a la hora de realizar y mantener sus casas. El primero cuyo nido no puede ser más desastroso y mal hecho y el segundo cuya casa realizada con barro y saliva, resulta de una perfección y belleza sumamente admirable. Una de las cosas que me encantaría poseer en el jardín de mi actual casa en Málaga, es un nido de Hornero, no he visto nada tan bien hecho ni tan elaborado como el hogar que este pájaro crea para él y su familia, al igual que un alfarero, trabaja el barro con tal maestría, que logra crear un habitáculo en forma de caracol con el fin de proteger a sus crías de un ataque del exterior y lo remata con una suavidad y un acabado propio de las manos de un artista y sabedor de la belleza de su nido, lo coloca en lo alto de los postes con el fin de que nadie alcance a llevárselo. Quiero recordar a la pareja de colibríes que cada año recolectaba el néctar de mis flores y que en su incesante baile dejaba que admirásemos la belleza de aquel plumaje azul verdoso que nos maravillaba por su brillo. A aquellos Tata Dios de mis plantas que creía buenos y devotos rezándole a Dios con sus patitas y de los que en España descubrí su maléfica fama y su descomunal y voraz destreza, a los Aguaciles, Juanitas , Ciervito Volador y demás bichitos que llenaron mis tardes de juegos y hoy afloran en mi memoria, y a las hormigas cuyos hormigueros revolví con un palito y que en venganza trepaban por él y me dejaban el escozor de su picotazo. A los bichos de mi infancia que hoy llenarán la vida de otros niños como llenaron la mía.
Que buena infancia debes haber tenido (me encantan los bichos). Suena todo tan bonito. De todos modos aquí también tenemos buenos bichos, yo he tenido también una buena infancia bicheril como la tuya con picaduras y todo, jeje
Bueno Kumquat ahora que vivo en Málaga tambien conozco los tuyos... y tengo hasta camaleones que aparecen por mi jardin cuando menos me los espero , me persiguen los más raros
Para los niños de mi generación era todo un regalo capturar algún pacífico camaleón deambulando en las parras, alla en Sanlúcar; pues lo considerábamos como un juguete. Lo que aun no me he explicado bien es como podían subsistir sin comida dias y días encerrado en una caja de zapatos donde le depósitaba moscas para su alimento y no las comía. Y así dias y dias, hasta que aprovechando algun resquicio o fisura en la caja de zapatos, se marchaba por la noche y desparecía ante nuestra desilusión.
jo, yo lo que mas he llegado a hacer es coleccionar rabos de lagartija pero bichos alguna rana y poco mas. leñe, nunca me he fijado, menuda fauna! ahhh siii, me acabo de acordar en el rio las culebrillas del agua... aggg que repelusss mandaosiempre... saluditos
Yo tenía obsesión con las lagartijas. Las cazaba puramente como hobie, por que luego no sabía que hacer con ellas. Bueno sí, de vez en cuando, como a cualquier niño, se me ocurría "experimentar" y someterlas a las más ingeniosas de las torturas. Qué cosas. Recuerdo una ocasión en que conseguí cazar una mariposa espectacular, totalmente diferente a las que soliamos ver, con dibujos rojos en las alas y muy grande. La metí en una caja, pero mi hermano mayor la soltó por que decía que era una salvajada encerrarla y encima me dio una torta . Yo ya me había montado mi propia película, por que la mariposilla estaba en las últimas y apenas volaba, así que decidí que era una mariposa que venía volando desde la China y se encontraba extenuada. Qué mejor que ser hospitalario y tenerla durante unos días en mi casa hasta que se recuperase, pero no pudo ser y se fue otra vez volando como pudo por encima de los tejados y jamás he vuelto a ver una igual.
Me alegra ver que os ha gustado el tema, pero se trataba de los bichos que había en vuestra infancia no de los "bichos que érais"
uuuuuuyyyy me hicieron recordar a mis bichos y a mis amigos de mi infancia en las tardes de verano nos juntábamos un grupo de aprox. 10 niños de la cuadra y buscábamos entre los jardines y plantas de nuestros vecinos las chinitas (mariquitas?) y primero que nada le sacábamos las alas para que no volaran y arrancaran luego buscábamos en los huequitos de las murallas de las casas telas de arañas y con un palito delgadito introducíamos en la entrada de la cuevita una chinita.... esperábamos hasta que asomara la araña dueña del lugar y atrapábamos a la araña... posteriormente, buscábamos otra cuevita de araña y hacíamos los mismo, pero con la intención de hacer un "casamiento de arañas". por supuesto, buscábamos un montón de invitados arácnidos y el banquete eran las chinitas que habíamos cazado inicialmente y en una ocasión pusimos a la novia a la entrada de la cueva del novio y se la raptó !! otros bichos que recuerdo son las hormigas, que seguia su rastro y me podía pasar una tarde entera de verano, de guatita (pancita) en el suelo siguiendo la caravana !! gracias Gloria Susana por hacerme recordar esas tardes de verano tan entretenidas, cuando era pequeña y no me daba cuenta de lo pasaba a mi alrededor y viví sin preocupaciones
De los muchos bichos que conocí en mi infancia los que más extraño son las luciérnagas. Ya ni siquiera en el campo se ven, y supongo que se debe a los plaguicidas que se usan y que no sólo matan losbichos dañinos sino también aquellos que embellecieron nuestra infancia.
Bueno yo si que era un buen bicho de peque, pero a mi me gsutaban todos. Recuerdo que cuando íbamos a la finca de mis padres, me bajaba horas y horas al arroyo, un arroyuelo donde descubrí mi fascinación e interes por la naturaleza. Tritones, escarabajos de agua, ranas, libélulas, todos toditos me embelesaban, y alguna vez cogí alguno y me lo llevé a casa (no debería haberlo hecho, lo se) pero es que solo era un niño. Salu2.
Pues cuando yo era pequeña siempre nos emocionaba si entraba un turix a la casa... porque segun la superticion maya es un aviso de que tendras visitas agradables y estaba prohibidisimo espantarlos para que se fueran... Aunque tambien estaban los xcuclines que cuando tienes la mala fortuna de pisarlos tiran un olor muy desagradable entonces los que saliamos de la casa eramos nosotros Habian chicos por mi cuadra que se dedicaban a atrapar tolokes (una lagartija grande y de piel muy dura, dicen que se come) y los llevaban a los patios de sus casas y ahi los amarraban y luego los sacaban a pasear como si fueran perros y aprovechaban para espantar a la gente con ellos la verdad es que son bastante feos los pobres
hola ! a mi lo que me pirraba cazar eran los saltsamontes pequeños!! cuando ibamos al terreno de mi abuelo yo me las pasava intentando pillarlos! y era curioso ,porque queria cogerlos y a la vez me davan un repelus..... pero aun asi los pillava, los ponia en un bote,y cuando mi padre los veia los soltava todos , asi que volvia a empezar. no he vuelto a coger ninguno.... y lo que viene por casa no lo cojo ni queriendo!! esas langostas grandotas!! puag me da un noseque queseyo solo de pensarlo!! un saludo.
Que suerte! yo hace años que no veo ni un sólo camaleón Nos quedan ya poquitos espero que se recupere la especie. Tienes suerte de haber venido a vivir a Málaga aquí hay muchos bichos (como yo). Un saludo guapa Ignacio
Hola! Nuestros bichos eran también los alacranes espeluznantes, las lagartiijas con sus pieles de colores (mis favoritas), los pequeños saltamontes verdes con sus ojitos negrísimos que parecían dos gotitas de tinta (hermosos), las luciérnagas (mágicas), las mariposas y las mariquitas. Pero además estaban las avispas a las que cogíamos por detrás, les sacábamos el aguijón y les poníamos un pedazo de hilo para hacerlas volar (éramos crueles sin darnos cuenta), las peludas tarántulas negras que a veces encontrábamos debajo de los sillones; más, las que odiaba y me aterrorizaban, eran esas rapidísimas plumillas.. con sus patas largas corrían tan rápido que parpadeabas y no sabías a donde se habían ido, esas que se metían también debajo de los sillones o de las camas ¿?...eran mi pesadilla. Ah! y unas polillas tan grandes como la palma de una mano. Gracias Gloria, me gustó recordar. Un fuerte abrazo para tod@s
Los bichos de mi infancia cuando veraneaba en casa de mis abuelos eran los dragones, si asi como suena, eran simples lagartijas pero aqui en Mallorca siempre se les ha llamado dragones y la verdad es que algo tienen en diminuto. Se quedaban muy quietos al lado de las luces para atrapar a la polillas que iban alli. Recuerdo cuando barriendo el jardin encontre mi primer "bicho palo" creo que los vecinos aun oyen los gritos, por el susto que me di al coger la ramita con la mano Nos encantaba levantar las piedras para coger a los "bichos Bola" lo que aun no tengo muy claro era para que. Y cuando oiamos un zumbido todos nos girabamos a mirar si era un "borino ros" traia buena suerte (abejorro rubio, creo) pero si era un "borino negre" mirabamos para otro lada para que no nos tocase la mala suerte. Con mis primeras gafas de bucear descubri a los erizos. Pero aqui si que me entra la nostalgia, el fondo de la playa y las rocas que yo conoci, ahora ya no tiene nada que ver y para conseguir que mis hijos vean una de las maravillosas arañas marinas o morenas espiandote desde dentro de su cueva me los tengo que llevar muy lejos....
