Historias y tradiciones

Tema en 'Temas de interés (no de plantas)' comenzado por mai^a, 5/12/08.

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    clause Claudia

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    Macedonio Fernández

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    Nacimiento 1 de junio de 1874
    Buenos Aires, Argentina
    Defunción 10 de febrero de 1952
    Argentina


    Macedonio Fernández (Buenos Aires, 1 de junio de 1874 - 10 de febrero de 1952). Escritor argentino, autor de una obra sumamente original y compleja, que incluye novelas, cuentos, poemas, artículos periodísticos, ensayos filosóficos y textos de naturaleza inclasificable. Ha ejercido una gran influencia sobre la literatura argentina posterior.


    Biografía
    Hijo de Macedonio Fernández, estanciero y militar, y de Rosa del Mazo Aguilar Ramos. En 1887 cursa sus estudios en el Colegio Nacional Central.

    Durante 1891-1892 publica en diversos periódicos una serie de páginas costumbristas incluidas más tarde en Papeles antiguos, primer volumen de sus Obras completas (Buenos Aires: Corregidor). Compañero y amigo íntimo de Jorge Guillermo Borges (padre de Jorge Luis Borges), comparten el interés por el estudio de la psicología de Herbert Spencer y por la filosofía de Arthur Schopenhauer.

    En 1897 la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires le otorga el título de doctor en jurisprudencia por una tesis titulada Sobre las peronas que todavía permanece inédita. Publica en La Montaña, diario socialista dirigido por Leopoldo Lugones y José Ingenieros. En 1898 recibe su diploma de abogado. Al año siguiente se casa con Elena de Obieta, con quien tendrá cuatro hijos.

    Publica en 1904 algunos poemas en la revista Martín Fierro (que no hay que confundir con revista vanguardista del mismo nombre publicada durante los años 20 y en la que tendrá un papel muy activo). En 1910 obtiene el cargo de Fiscal en el Juzgado Letrado de la ciudad de Posadas, en la provincia de Misiones, que desempeña durante algunos años.

    En 1920 muere su esposa. Los hijos quedan al cuidado de abuelos y tías. Abandona la profesión de abogado. Al volver Jorge Luis Borges de Europa en 1921, redescubre a Macedonio, con quien comienza una prolongada amistad. Borges, hacia 1960, dicta-ya ciego- un breve y sustancioso prólogo para una antología de Macedonio. Allí se nos dice que ninguna persona lo impresionó tanto como él. Hombre que no se cansaba de ocultar, antes que mostrar, su inteligencia proverbial. Macedonio prefería el tono de consulta modesta antes que el dictamen pontificador. Su tono habitual era el del ánimo perplejo. Lo caracterizaba la veneración de Cervantes, una cierta divinidad, para él. Detestaba todo aparato erudito, que entendía como una manera de eludir el pensamiento personal. De esta manera su actividad mental era incesante. Vivía desinteresado de las críticas ajenas, de confirmaciones o refutaciones exteriores. Con desparpajo y no cuestionada generosidad, atribuía su propia inteligencia a todos los hombres. Poseía la veneración supersticiosa de todo lo argentino. Y ejecutaba, en grado eminente, el arte de la soledad, y de la inacción. Sin hacer absolutamente nada, era capaz de permanecer solo, por horas. Pensar -no escribir- era su devota tarea. Aunque también solía, en la soledad de su pieza, o en la turbulencia de un café, abarrotar cuartillas en caligrafía minuciosa. Empero, no le asignaba valor a su palabra escrita. Dos temores lo atravesaban: el del dolor y el de la muerte. Borges conjetura que para eludir este último postuló la metafísica inexistencia del yo. En lo que concierne a la literatura, le importaba menos que el pensamiento y la publicación le era más indiferente que la literatura. Así, su vocación fundamental era la contemplativa y la persecución del desciframiento del misterio filosófico del universo.

    En 1928 se edita No toda es vigilia la de los ojos abiertos, a instancias de Raúl Scalabrini Ortiz y Leopoldo Marechal. Publica al año siguiente Papeles de Recienvenido. Durante este período, se preocupa por crear expectativas respecto a la posible aparición de la novela Museo de la Novela de la Eterna. En 1938 publica "Novela de Eterna" y la Niña del dolor, la "Dulce-persona" de un amor que no fue sabido, anticipación de Museo de la Novela de la Eterna.

    Tres años más tarde publica en Chile Una novela que comienza.

    En 1944 se publica una nueva edición de Papeles de Recienvenido. En 1947, Macedonio se instala en la casa de su hijo Adolfo, donde residirá hasta su muerte.


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    Obras
    Macedonio FernándezNo toda es vigilia la de los ojos abiertos. Buenos Aires, Manuel Gleizer, 1928.
    Papeles de Recienvenido. Buenos Aires, Cuadernos del Plata, 1929.
    Una novela que comienza. Prólogo de Luis Alberto Sánchez. Santiago de Chile, Ercilla, c. 1940, port. 1941.
    Poemas. Prólogo de Natalicio González. México, Guarania, 1953.
    Museo de la Novela de la Eterna. Advertencia de Adolfo de Obieta. Buenos Aires, CEAL, 1967.
    Museo de la novela eterna / Macedonio Fernández; edición de Fernando Rodríguez Lafuente. Cátedra, 1995.
    No toda es vigilia la de los ojos abiertos y otros escritos. Advertencia de Adolfo de Obieta. Buenos Aires, CEAL, 1967.
    Cuadernos de todo y nada. Buenos Aires, Corregidor, 1972. 2a. ed. 1990.
    Teorías. Ordenación y notas de Adolfo de Obieta. Buenos Aires, Corregidor, 1974 (Obras completas, vol. III).
    Adriana Buenos Aires; última novela mala. Ordenación y notas de Adolfo de Obieta. Buenos Aires, Corregidor, 1975. (Obras completas, vol V).
    Museo de la Novela de la Eterna; primera novela buena. Ordenación y notas de Adolfo de Obieta. Buenos Aires, Corregidor, 1975. (Obras completas, vol VI).
    Epistolario. Ordenación y notas de Alicia Borinsky. Buenos Aires, Corregidor, 1976. (Obras completas, vol. II).
     
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    clause Claudia

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    Originalidad de Macedonio Fernández


    Humorista y filósofo a contramano

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    COMO SÓCRATES. FUE ante todo un filósofo oral y un estímulo constante para quienes lo escuchaban. También como el pensador griego, conservó siempre una parsimoniosa excentricidad tan ignorada como legendaria. Así Macedonio Fernández (1874-1952) humorista sutil y filósofo complejo, pertenece a la leyenda de la literatura bonaerense, y su aporte explica en parte la obra de grandes como Jorge Luis Borges o Julio Cortázar.

    En la Argentina cultural de la primera mitad del siglo XX, la que cubre la mayoría de la vida intelectual de Macedonio Fernández, la turbia fatalidad de "haber podido ser alguien" en el mundo de las artes y las letras prendió con cierta fuerza, como uno de los últimos ramalazos del patetismo romántico. Era más sencillo pensar que se trataba de un rasgo común a otras sociedades con estructuras e industrias culturales incipientes, pero, a favor de la pomposidad de los que efectivamente "llegaron", terminó por identificarse con las ideas de marginalidad, tragedia o heterodoxia bohemia, casi un destino decretado por dioses poco favorables.

    Macedonio se jugó, "macedoniosamente". a no ser una pura apariencia intelectual en un escenario impostado; a trocar por la austeridad, el aislamiento y el desdén de lo mundano, su acceso a los escalafones, los premios, los homenajes y las cátedras que otros cortejaban a veces con obscenidad. Muy tempranamente, a fines del siglo XIX, José Ingenieros se lamentó de su alejamiento, y otros se le plegarán en diferentes momentos.

    Borges fomentará en su tiempo el mito del "socratismo" macedoniano, la leyenda compensatoria de una riqueza oral que se habría perdido irremediablemente al convertirse en las espesuras y oscuridades de su prosa. Habría, entonces, un Macedonio privado e insustituible, que se manejaba cautelosamente por medio de interrogaciones y perplejidades, que enunciaban o encubrían cuestiones fundamentales, y un Macedonio público de quien se nos advierte que se resistió siempre a asignarle el menor valor a la palabra escrita. En el fondo era una forma sutil de diluirlo intelectualmente, que mostró su verdadero rostro cuando muchos de sus usuarios "privados" concluyeron por tildarlo de viejo excéntrico y estrafalario.

    El tema de la escritura macedoniana le complicó siempre las cosas a quienes hubiesen deseado leer textos suyos de una tersura ensayística indeleble, y se encontraban por el contrario con construcciones laberínticas y a veces desmañadas o sólo provisionales. Manuel Mujica Láinez lo trató de "loco y mamarracho sólo digno de ser escuchado", y Adolfo Bioy Casares confesó hacia 1976 su perplejidad ante los escritos de Macedonio, cuya fama, al igual que la de Xul Solar, consideraba en cierto modo un invento de

    Borges.

    Macedonio pudo ser o parecer algo atípico en un ambiente formalista y ceremonioso como el de Buenos Aires de fines y comienzos de siglo. En definitiva los testimonios de época lo presentan sin embargo como un hombre de vida austera y de maneras corteses y reservadas, muy cultor, al estilo de los viejos porteños, del mate, el tabaco, el localismo y la amistad. Lo adornaron, por cierto, algunas anécdotas tramadas por sus amigos y por su deliberado gusto por las paradojas y el misterio, aunque no más sospechosas que las que se suelen atribuir a los personajes más solemnes del campo intelectual argentino. Por ejemplo Macedonio jamás se permitió las descomunales flores que Estanislao Zeballos lucía en sus solapas, ni los sombreros que gastaba Ricardo Rojas. Los propios responsables de admitir y difundir esas anécdotas, como Borges o Scalabrini Ortiz, alertaron sobre su frágil consistencia para describir al personaje, del que sólo revelaban una juguetona vocación por lo insólito y un estilo social poco convencional.

    Fue, en lo esencial, una figura extemporánea o periférica porque cultivó un "pensar" y una "escritura" que anticipaban la irrupción de modos nuevos o por lo menos no usuales por aquellos años, en los que comenzaban a replantearse cuestiones más cruciales sobre la naturaleza del lenguaje, la escritura, el conocimiento, la representación.



    EL RARO EN SU CONTEXTO. Macedonio no fue exactamente un marginal o un marginado del campo intelectual. Su "excentricidad" se debe en todo caso a razones conceptuales más profundas que las del mero repliegue de ciertas habilidades y solemnidades sociales, a las que él renunció en forma bastante temprana, o a las que sólo se acercó para ejercitar su sentido del humor y del absurdo.

    En el primer tramo de su vida intelectual, entre 1892 y 1904, Macedonio alternó —como prueba de su inserción en un contexto cultural bien definido— con figuras como Leopoldo Lugones, Juan B. Justo (uno de los fundadores del socialismo argentino), Enrique Larreta, Jorge Borges (padre de Jorge Luis), Carlos Vega Belgrano, José Ingenieros, Alberto Ghiraldo. Con muchos de ellos compartió el difuso ideario utopista y libertario que lo llevará a intentar la fundación de una colonia de artistas en las selvas del Paraguay.

    Tras una pausa de casi dos décadas, que se cierra con la muerte de su esposa Elena de Obieta y con el abandono de la profesión de abogado, Macedonio vuelve a ocupar un espacio en el campo intelectual rioplatense. en este caso junto a jóvenes figuras de la vanguardia de los '20, como Jorge Luis Borges, Alberto Hidalgo, Raúl Scalabrini Ortiz, Leopoldo Marechal, Francisco L. Bernárdez y Eduardo González Lanuza. Estos son quienes reconocen la seducción de sus ideas y contribuyen en gran medida a construir el mito "socrático" del escritor. Durante esa etapa de revalorización y madurez, que culmina con la edición de las primeras versiones de No toda es vigilia la de los ojos abiertos (192:icon_cool: y Papeles de Recienvenido (1929), Macedonio publica con cierta asiduidad en las revistas paradigmáticas de la renovación artística y literaria: La Proa (9 textos) y Martín Fierro (8 textos), más colaboraciones aisladas en Pulso, Carátula y Libra.

    Si este contacto con la vanguardia ultraísta y creacionista es productivo para Macedonio, no lo será menos —en el marco de los años '40— la lectura que realizan de su obra los jóvenes poetas neo-románticos de la revista Huella. O figuras como César Fernández Moreno, quien le dedica una Introducción a Macedonio Fernández aparecida tardíamente en 1960, pero expresión, en definitiva, de su presencia para los integrantes de la llamada "Generación del "40".

    Macedonio parece haber tenido mayor eco, sin embargo, en las promociones intelectuales que se sucedieron a partir de los años '50, como lo demuestra la presencia evocativa del escritor en revistas como Letra y línea, Fichero, Zona, El lagrimal trifurca, Literal o Crisis, y los numerosos ensayos y estudios firmados por figuras generacionales de disímil procedencia como Alberto Vanasco, Mario Trejo, Rodolfo Alonso, Ramiro de Casasbellas, Miguel Brascó, Noé Jitrik, Horacio Salas, Eduardo Romano, Germán L. García. Juan Carlos Martini Real, Elvio E. Gandolfo, Ricardo Piglia, etc. A su tumo Piglia integrará la imagen y el legado estético de Macedonio a su novela La ciudad ausente (1992), en la que aparece una "máquina" que no es otra que la teoría novelística del viejo urdidor de perplejidades.



    ESCRITURA Y GARABATO. El tenor de Scalabrini Ortíz y las reiteradas evocaciones de Borges a propósito de su riqueza oral, alimentaron amistosamente la confusión de verlo como un "pensador" algo heterodoxo, y no como un escritor inscripto con complejidad, en nuevas líneas del hecho literario. A lo sumo se lo vio como emergente extemporáneo de una corriente de la que el "martinfierrismo" vanguardista de los años '20 era sólo expresión fragmentaria y en cierto modo cautelosa.

    En textos dispersos como Novela de la Eterna (1929), Sobre "belarte", poesía o prosa (1933), Doctrina estética de la novela (1940), Poema de Poesía del Pensar (1943) o Para una teoría de la humorística (1944), Macedonio planteó de modo anticipatorio la cuestión de los géneros, junto con otros puntos teóricos y técnicos como los conceptos de obra abierta, intertextualidad, escritura. Estos temas reaparecerían, con mayor decantación o prestigio internacional, en la producción crítica de Eco, Kristeva, Sollers, Barthes, Genette, Derrida y otros.

    La vinculación del escritor —ya un hombre sazonado que orillaba los 50 años— con los jóvenes vanguardistas de Proa y Martín Fierro no es un hecho aleatorio. Tampoco se vincula exclusivamente con su rechazo antilugoneano de la poesía sujeta a metro y rima. Habría que pensar más bien en el conjunto de su extemporánea y revulsiva actitud teórica frente al carácter "sensorial" del arte, o su negación del carácter "informacional" del mismo. Habría que agregar su reivindicación de la pura neutralidad de lo escrito (condenada en su idea de la escritura como "garabato insulso y uniforme"), que conduciría a la práctica de una prosa despojada de sonoridades, ideas, narración, descripción, información, etc. Esa prosa debía ser en todo caso mostración de sí misma, aunque con suficiente capacidad técnica para producir una emoción en el lector.

    Tanto la humorística como la novelística macedonianas procuran crear un estado de conmoción emocional que podría describirse como la súbita irrupción de un “mareo de su certidumbre de ser” . El lo ilustraba con la ambivalente reacción del lector frente al pasaje en que don Quijote se queja de que Avellaneda hubiese publicado una historia inexacta de su vida.

    Si la ficción argentina de su tiempo eran las novelas de Eduardo Gutiérrez, Cambaceres, Martel, Ocantos, Payró, Larreta o Gálvez, su actitud enderezará hacia un vaciamiento de los pactos realistas y naturalistas de esa genealogía. La suplanta intempestivamente —a través de las variantes del absurdo, la dislocación, la comicidad, la superchería, etc.— por la narración de una escena y una peripecia vacías de andamiaje anecdótico, puro campo de experimentación de una nueva manera de abordaje de la nada (que en todos los terrenos parece ser la cuestión central del pensamiento macedoniano).

    Macedonio propone la construcción de un universo novelístico (el de Una novela que comienza, junto con los papeles póstumos del Museo de la novela de la Eterna), aunque finaliza legando una deliberada e insólita operación de escamoteo de esa posibilidad. Algo que tal vez no resulte tan inusual si la consideramos a la luz de los linajes de la novela moderna. En cierto modo Lawrence Sterne ya anticipó el esbozo de algo similar, hacia 1767, con el final de Tristán Shandy y con el sistema de aplazamientos y derivaciones que constituyen la novela, hasta transformarla en una paradójica epopeya de la acción que se convierte, como dice Shklovski, en un reiterativo mecanismo de "esperas de acontecimientos" que no se producen. Un poco a la manera de lo que ocurrirá más de un siglo y medio después con los textos "novelísticos de Macedonio.

    Pero la deriva macedoniana abarca círculos más amplios y problematizadores para su época. Macedonio trabaja, efectivamente, en la dirección de un logro que parecía inalcanzable para la novela realista burguesa del siglo XIX y para sus derivaciones. Se trata de provocar la existencia de un lector activo y liberado de las constricciones culturales del autor y del narrador omnisciente. Tan activo, en definitiva, que llega a desplazar al propio escritor y se convierte —en el caso emblemático de los "colectores" u "ordenadores" póstumos de los papeles de Macedonio— en una suerte de múltiple y genuino productor de sentidos.

    Una novela que comienza aparece en 1941, pero el esfuerzo por definir una "novelística" de nuevo cuño se completa (en tanto dossier de la "primera novela buena") con el póstumo Museo de la novela de la Eterna, organizado por Adolfo de Obieta y editado en 1967. En cierta forma es el eslabón final de una cadena que debe ser completada con Papeles de Recienvenido y Adriana Buenos Aires, la "última novela mala", escrita probablemente hacia 1922, revisada por el autor en 1938 y editada finalmente en 1974.

    Conjunto sin duda heterogéneo y deliberadamente conjetural, contiene sin embargo las pistas de una estética y es la muestra palmaria del cumplimiento de la decisiva inducción formulada por Macedonio en el "Prólogo final" del Museo. Allí invita "al que quiera escribir esta novela", encarnado precisamente en la figura del recopilador textual que advertimos en la segunda edición de No toda es vigilia y en el propio Museo, sin descontar a los multifacéticos autores, recopiladores y anotadores del proyecto de las Obras Completas.

    La poesía de Macedonio, recogida en Elena Bellamuerte (1940), Muerte es beldad (1942) y Poemas (1953), constituye tal vez la zona en la que se advierte, con mayor transparencia, su percepción crítica de lo "real" (tal como lo pensaba el realismo ingenuo de la época). También su intuición del carácter meramente transitorio de la muerte, que sólo obstaculiza el contacto material con la persona amada pero no la fluencia constante del diálogo psíquico, intentado en estos textos con una intensidad lírica en la que no se deslizan ni los típicos desplazamientos macedonianos de género, ni las mordeduras dislocantes del humor.



    EL MATERO FILOSÓFICO. Humorista sutil y complejo, Macedonio construyó textos y supercherías que balancearon la melancólica imagen de su ascetismo y su deliberado alejamiento del mundo de las convenciones sociales e intelectuales.

    Tal vez el momento más "solemne" de Macedonio Fernández haya sido, hacia 1897, la decisión voluntariosa, patética y algo prematura de fundar una colonia utópica en el Paraguay, que concluyó, muy macedonianamente, casi sin comenzar, aunque no sin dejar secuelas quizá profundas. Para esa época el joven escritor admitía, en un texto aparecido en La Montaña ("La desherencia"), la viabilidad del socialismo para responder "muy satisfactoriamente a la pregunta económica del problema social", aunque advertía también que el "drama del mundo" contiene "muchas otras interrogaciones".

    Es probable que esta intuición de matero filosófico y criollo, origen de la actitud existencia! de Macedonio, haya encontrado en su interior sólo dos caminos posibles, que él se lanzó a indagar con pertinacia. Uno fue el del Misterio metafísico, materia de libros como No toda es vigilia la de los ojos abiertos; otro el del Humor, convertido casi en una estética excluyente.

    Para explorar la vía del humor, Macedonio apeló indistintamente al género epistolar, los esquicios autobiográficos, los discursos apócrifos y sus parodias, su propio anecdotario, real o ficticio, el cuento y algunas burlerías destinadas a ironizar, no muy caritativamente, sobre el universo político criollo, como su famosa postulación presidencial de 1927.

    Un modelo casi canónico de humor epistolar es la carta a Jorge Luis Borges en la que Macedonio se explaya sobre el comportamiento irregular de las calles (cfr. Epistolario, en Obras Completas), y otras cartas también prototípicas de esta línea son las del Bobo de Buenos Aires, incluidas en Papeles de Recienvenido, a partir de la edición Losada de 1944.

    En todas ellas el mecanismo detonado se basa en la aplicación de recursos corrientes de la retórica humorística, utilizados para que la sensación de absurdo irrumpa con toda su potencialidad y provoque, siquiera por un instante, la sensación de libertad frente a la inexorabilidad y las constricciones de la razón universal.



    MACEDONIO AL PODER. En 1927, en tiempos en que se estaba gestando la segunda elección presidencial de Hipólito Yrigoyen para suceder a su correligionario Marcelo T. de Alvear, Macedonio tramó una de las mayores supercherías humorísticas de su carrera: su seudo postulación como candidato a la presidencia de la República.

    El momento político era en realidad crítico, y en el propio campo de la vanguardia "martinfierrista" culminaría con el cese de la revista Martín Fierro, resuelto unilateralmente por su director Evar Méndez cuando un grupo muy selecto de colaboradores —entre quienes figuraba Borges en lugar destacado—resolvió apoyar la reelección de Yrigoyen y embanderar electoralmente a la revista.

    Macedonio optó frente a la coyuntura por la variante lúdica, y para muchos opinable, de terciar paródicamente en la contienda con su propia e insólita candidatura, como un modo de desnudamiento de las falacias y debilidades del escenario político argentino. Lo hizo, desde luego, desde la óptica del absurdo y el contrasentido casi ontológico. Tal como refiere César Fernández Moreno en su esbozo de la vida de Macedonio. "lo más importante y original de su plan publicitario consistía en crear un verdadero malestar general, para suscitar la necesaria venida de un gran caudillo que lo conjurara, o sea el propio Macedonio. Medidas concretas propuestas por él en ese sentido eran: repartir peines de doble filo, que lastimaran el cuero cabelludo de quienes los usaran; instalar salivaderas oscilantes, que imposibilitaran acertarles; solapas desmontables, que se quedaran en las manos del contendor cuando, en el calor de la discusión, se tomara de ellas para convencer al contrario...".

    Como una proyección de ese episodio, Macedonio tabuló la redacción de una novela colectiva y escrita en diferentes estilos —El hombre que sería presidente— , en la que se entrecruzarían la campaña electoral y una conspiración de millonarios que ponen en práctica las invenciones referidas.




    La cueva del filósofo




    EL INTERES DE Macedonio por la cuestión metafísica no deja de ser llamativo en un contexto histórico-cultural que no parece especialmente sensible a este tipo de encarrilamientos del pensamiento. El escritor se inició en un clima marcado con fuerza por la corriente positivista, con su adhesión irrestricta a los fenómenos y a las proposiciones empíricas, y su desdén un tanto soberbio por las escencias subyacentes de los fenómenos. Macedonio sabía, y lo dice a propósito de su amigo Juan B. Justo en No toda es vigilia la de los ojos abiertos, que los partidarios del positivismo "sonreirían" al leer su libro, "con escepticismo y caridad".

    En ese contexto la elección de la vía metafísica era casi una opción por la marginalidad, y justificaría que hacia 1928 Raúl Scalabrini Ortíz lo saludase como "nuestro primer metafísico", porque inclusive notorios y tempranos impugnadores del positivismo criollo, como Korn, Alberini y más tarde Rougés, tuvieron una relación compleja y ambivalente con el tema.

    Pero la excepcionalidad filosófica de Macedonio no se debió sólo al largo y difuso reinado intelectual del positivismo, infiltrado en la mayoría de los campos de la vida cultural argentina. Más tarde —a partir sobre todo de los años "20— el auge renovador del positivismo lógico y de las corrientes existencialistas tampoco contribuirían a una cómoda revalorización de sus viajes filosóficos al Misterio y lo Inefable.

    En un sentido técnico la perspectiva neopositivista agudizará la brecha con su manifiesto desdén por las inconsistencias de las postulaciones metafísicas. Esta corriente considera a tales proposiciones como simples falseamientos del lenguaje y "música vana". Desde esas perspectivas la persistencia metafísica del autor, su búsqueda de "las claves del misterio del mundo", sólo podían ser una humorada paródica o duplicar la calificación de "divagador paradójico" que alguna vez le atribuyó Roberto E. Giusti.

    La tercera brecha contextual quedó instalada, también desde los '20, con la gradual irrupción del existencialismo

    germánico, en especial el que deriva de Ser y Tiempo (1927) de Martin Heidegger. Conocedor de la obra de Kierkegaard, Scheler y naturalmente Heidegger, pero también de la producción de jóvenes discípulos argentinos como Carlos Astrada y Miguel Ángel Virasoro (comentarista en 1928 de No todo es vigilia). Macedonio percibirá los puntos de contacto y las divergencias que se establecen con los existencialistas a propósito de las preguntas cruciales de la metafísica (de Heidegger. p.e., lo alejará la idea de Estar-en-el-Mundo del maestro alemán).

    Consagrado a la reflexión filosófica, desde las precursoras cartas de 1905-1911 con William James, y consagrado periféricamente por Scalabrini Ortíz como "primer metafísico de Buenos Aires y único filósofo auténtico", tal como lo define en 1931 en El hombre que está solo y espera, Macedonio no fue considerado como tal por la filosofía universitaria, orientada hacia líneas técnicas y analíticas muy diversas.

    Son relativamente escasos los textos de filósofos profesionales que le fueron dedicados: Virasoro reseñó su libro de 1928 en la revista Síntesis; a comienzos de los '70 Alberto Caturelli, docente de filosofía en la Universidad de Córdoba, presentó en el II Congreso Nacional de Filosofía una ponencia sobre "El mundo como sueño en Macedonio Fernández", incluida en La filosofía en la Argentina actual (1971), y sobre diversos aspectos de la relación filosófica de Macedonio con William James y Nietzsche han escrito Luis Jalfen y Hugo E. Biagini, entre otros autores vinculados con el campo. A diferencia de lo que ocurría en etapas anteriores. Macedonio parece ganar terreno entre los filósofos jóvenes como tema de ponencias, sin que pueda hablarse todavía de la instalación de sus especulaciones como objeto académico insospechable. No se sabe si Macedonio lo consideraría como un fracaso o un homenaje.
     
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    clause Claudia

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    11 de Febrero
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    APARICIÓN de NUESTRA SEÑORA de LOURDES
    (185:icon_cool:

    El 8 de diciembre de 1854 el Papa Pío IX había definido el dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María. Como queriendo indicar que el cielo ratificaba lo que había hecho en la tierra el Vicario de Jesucristo, el 11 de Febrero de cuatro años después -1858- la Virgen María se aparecía a la niña Bernardita Soubirous. Y lo hacía durante dieciocho veces... Vale la pena escuchar a ella misma relatar, con su gran ingenuidad, lo que allí pasó:

    "Cierto día fui a la orilla del río Gave a recoger leña con otras dos niñas. Enseguida oí como un ruido. Miré a la pradera, pero los árboles no se movían. Alcé entonces la cabeza hacia la gruta y vi a una mujer vestida de blanco, con un cinturón azul celeste y sobre cada uno de sus pies una rosa amarilla, del mismo color que las cuentas de su rosario.

    Creyendo engañarme me restregué los ojos. Metí la mano en el bolsillo para buscar el rosario. Quise hacer la señal de la cruz pero fui incapaz de llevar la mano a la frente... Aquella Señora no me habló hasta la tercera vez... Volví a ir allá durante quince días... Siempre me decía que advirtiera a los sacerdotes que debían edifícarle una capilla, me mandaba lavarme en la fuente y rogar por la conversión de los pecadores. Le pregunté varias veces quién era, a lo que respondía con una leve sonrisa. Por fin levantando los ojos y los brazos al cielo, me dijo: Yo soy la Inmaculada Concepción...".

    Vale la pena recordemos un poco a la Vidente, a Santa Bernardita Soubirous. Nació el 1844 y fue la mayor de seis hermanos. Era una chica sencilla, sin apenas preparación ni cultura pues sus padres, sumamente pobres, no pudieron enviarla a hacer estudios especiales. En la tercera aparición le dijo la Virgen María: "No te haré feliz en este mundo sino en el otro". Y lo cumplió. No fue en su vida -ni seglar ni religiosa - llevada en palmitas como se podría suponer.

    El día once de Febrero de aquel año 1858 cayó en jueves. Era un día crudo de invierno. Bernardita acompañada de su hermana Toneta y su amiguita Juana marchan para ver si encuentran leña y huesos para calentarse en la lumbre. Su madre le ha encargado a Bernardita que, como goza de poca salud y se constipa enseguida, procure no mojarse los pies. Su hermana y Juana pasan el riachuelo. Ella queda sola y es entonces cuando llega la aparición que ya hemos oído de su pluma...

    Cuando volvieron Toneta y Juana les preguntó Bernardita: ¿"Habéis visto algo?" Bernardita estaba radiante, y ellas, todo curiosas, le preguntaron: ¿"Y tú, qué has visto?"... Con gran sigilo, y no sin antes hacerles prometer que a nadie lo dirían, les refirió la visión que había tenido... Pero... llegadas a casa todo se descubrió. El calvario que esperaba a la pobre Bernardita no es fácil describirlo en pocas líneas. Le prohibieron volver a la gruta, pero impulsada por una fuerza interior allí acudió y allí vio a la Virgen dieciocho veces. El día de la Virgen del Carmen, 16 de julio "la vio más hermosa que nunca", como ella misma testificará después...

    Pronto aquel humilde paraje de Lourdes se hizo famoso en todo el mundo. Empezaron a acudir peregrinos venidos de todas partes, hasta ser un lugar de Peregrinación para Europa y otras partes del mundo. No hay duda de que es uno de los Santuarios más visitados y más venerados de todos los continentes. Allí han ido descreídos y han encontrado la fe. Enfermos de cuerpo y de alma, y han hallado la salud para ambas cosas o para una de los dos. Allí se respira una gran devoción, la presencia de Jesucristo en la Eucaristía, del amoroso perdón y de la actividad de la Mediadora de todas las gracias. Quien la visita una vez sale con el firme propósito de volver una y más veces para poder experimentar la presencia sobrenatural que allí se respira. Son muchos los milagros que desde la Gruta de Massabielle obra la Virgen María en cuantos acuden a Ella. Otros Santos de hoy: Lázaro, Lucio, Desiderio, Félix, Jonás, Gregorio...
     
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    Re: ... de Historias y Tradiciones

    No rechaces tus sueños. ¿sin la ilusión el mundo que sería?

    La amistad es un amor que no se comunica por los sentidos

    Las preocupaciones se pierden con el tiempo.
    Ramón de campoamor
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    Nace: 24 de septiembre de 1817
    Lugar: Navia, Asturias, España
    efemérides 24 de septiembre



    Muere: 11 de febrero de 1901
    Lugar: Madrid, España
    efemérides 11 de febrero




    Biografía
    D. Ramón de Campoamor
    (1817-1901)

    Ramón de Campoamor y Campoosorio nació en Navia,
    pequeño municipio del Principado de Asturias, (España),
    un miércoles 24 septiembre de 1817. El mismo año en
    el que nació también el poeta vallisoletano José
    Zorrilla, autor del inmortal "Don Juan Tenorio".
    Su padre, un modesto campesino y su madre una rica
    hacendada de aquel concejo que agrupa varias pequeñas
    villas, bajo la típica organización de los municipios
    asturianos. Creció Ramón protegido por los esmerados
    cuidados de una rica y soltera hermana de su madre,
    la cual se encargó de dar al niño los estudios primarios,
    que cursó en un pazo que ésta poseía en Piñera, una de
    las pequeñas villas que conforman el concejo de Navia.
    A los 9 años comienza sus estudios secundarios que cursa
    en la villa de Puerto de Vega, también perteneciente
    al mismo concejo; allí transcurre su adolescencia.
    Fue educado conforme a los gustos y costumbres de entonces,
    consistentes en una enseñanza y prácticas de religiosidad
    a ultranza, acompañada en plano más secundario, del estudio
    de latín y de las otras materias propias de una cultura
    general. El clero ejercía una enorme influencia en la
    educación, tanto privada y privilegiada de las clases
    acomodadas, como en la más precaria, la pública. De la
    forma en que le enseñaron a Campoamor el catolicismo en
    la escuela, guarda de mayor un mal recuerdo que no logra
    alejar de su mente; tanto le caló y traumatizó aquel tipo
    de enseñanza sufrido en su infancia. Relata de mayor,
    refiriéndose a los castigos y los miedos que le infundieron
    durante su infancia, que "el infierno del Dante era un mal
    aprendiz en comparación con los retorcidos inventos de
    castigos infernales que me metían los clérigos enseñantes
    en mi tierna y sensible cabecita infantil. Todo el curso
    de mis primeros años ha sido un sueño tenebroso, del cual
    creo que todavía no he acabado de despertar".
    Cursó estudios de filosofía en Santiago de Compostela; de
    lógica y matemáticas, en Madrid.
    A los 18 años se traslada a Torrejón de Ardoz (Madrid) en
    su pretensión de ingresar en el seno de la Compañía de Jesús.
    Poco tiempo después, probada ya su incapacidad y falta de
    vocación para adoptar los hábitos religiosos, e inducido
    por su familia, se matricula en la universidad madrileña
    en la facultad de medicina. Poco duró también esta su
    segunda experiencia vocacional, ya que el asco y la nausea
    que le produce el espectáculo de los cadáveres sobre la
    mesa de disección, le convencen nuevamente de lo equivocado
    de su decisión. Allí en la facultad de medicina, en el
    primer curso, conoce a un catedrático muy observador que
    le aconseja con vehemencia dedicarse a la literatura,
    pues cree descubrir en el joven una natural aptitud hacia
    las letras, mucho más que para las ciencias.
    A los 20 años publica su primera obra impresa, se trata de
    una comedia en dos actos titulada "Una mujer generosa" la
    cual no se tiene referencia alguna que se llegara a estrenar
    en teatro. Sus primeros versos de tono romántico los publica
    también en ese mismo año, 1838. Aparecen impresos en un libro
    bajo el título de "Ternezas y flores". Dos años después publica
    otro libro de poesías: "Ayes del alma". En 1846 se publica la
    primera edición de "Doloras" obra que le proporcionó una gran
    popularidad de joven y prometedor poeta. También ven la luz,
    por aquel tiempo, los libros titulados "Pequeños poemas" y
    "Humoradas". A partir de entonces, alterna su inclinación
    vocacional por la poesía, con sus ideas políticas que consistían
    en un gran fervor hacia la reina Isabel II en particular, y en
    general, hacia la forma monárquica de organización del estado
    español. Se afilia al partido moderado.
    Con 30 recién cumplidos años, es nombrado gobernador civil de
    la provincia de Castellón. Durante el ejercicio de este cargo,
    se propuso hacer obligatoria la educación primaria dentro del
    territorio de aquella provincia. Apenas tiene tiempo de intentar
    su propósito cuando se ve trasladado al gobierno de la levantina
    provincia hermana de Alicante. Allí casa con Guillermina o'Gorman,
    una joven dama de acomodada familia irlandesa afincada en Alicante;
    una devotísima católica, de cuya unión no hubo descendencia.
    Luego, en el periodo comprendido entre los años 1851 y 1854 ejerce
    el mismo cargo de gobernador en la provincia de Valencia.
    Desde el año 1850 había sido elegido para ocupar un escaño en el
    Congreso de Diputados e interviene activamente en la vida pública,
    ya desde el Congreso, ya en polémicas tertulias y campañas
    periodísticas. A consecuencia de su encendida defensa del sistema
    monárquico, llegó a batirse en duelo con el marino español
    (nacido en México), Juan Bautista Topete Carballo, que años más
    tarde sobresalió en la célebre insurrección que arrojó del trono
    a Isabel II en 1868. Todo aquello fue el preludio del advenimiento
    de la 1ª República española, que llegaría cinco años más tarde.
    En 1861 es designado como miembro de la Real Academia de la Lengua
    Española, ocupando el sillón E. También fue senador en los últimos
    años de su vida y llegó a ser muy conocido y admirado dentro de España
    y en toda Hispanoamérica. Por entonces sucedíanse a menudo las
    reediciones de todos sus libros de poesía. En aquellos tiempos,
    debido a la ocurrencia del gran poeta Rubén Darío, varios hombres
    de letras españoles, intentaron convencerlo para que aceptara ser
    coronado de laurel en solemne acto, a lo que Campoamor se opuso con
    tozudez. Su negativa la argumentaba en que no quería ya, a aquella
    avanzada edad, vivir emociones tan fuertes que aceleraran el momento
    de su muerte.
    En Madrid, un gélido domingo de febrero (11-02-1901) fallece don Ramón
    de Campoamor, a la edad de 83 años.

    * * *

    El estilo poético de Campoamor, podría agruparse bajo la denominación
    de romanticismo realista matizado de un gran dramatismo con el que
    describe con maestría, las situaciones más cotidianas a veces, y otras
    rezuma unos sublimes sentimientos de lírica espiritual. Abunda en su
    poesía la métrica del verso de arte menor, redondillas, cuartetas y
    quintillas principalmente; también el romance octosílabo. Dispone en
    general su poesía de una alta musicalidad muy armoniosa y pegadiza.
    Dentro del arte mayor, en donde está contenido una buena parte de su obra,
    también tiene Campoamor bellísimas composiciones, basadas en sonetos,
    cuartetos y serventesios; y poesías a base de una larga sucesión de
    tercetos encadenados. Algunas de sus composiciones en verso, bien
    pudieran servir para ser representadas a modo de cortas obras teatrales,
    dado los diálogos que contienen con dos o más personajes.
    No se descubre en su obra amor alguno por su Asturias natal a pesar
    de la poesía que dedica "Al río Navia", río que desemboca al mar
    Cantábrico en su aldea natal, ya que ese voto o promesa juvenil que
    en ella expresa, no parece que luego lo intentara nunca cumplir.
    Nos deja Campoamor una importantísima obra poética para que nos
    recreemos con ella, evocando y reviviendo con sus personajes, en
    bellas ensoñaciones, las más típicas y cotidianas escenas del modo
    de vida que se daba en la España del siglo XIX. Ahora ya, gracias
    al más moderno sistema de difusión, nos cabe el honor de dar a conocer
    aquí, una escogida selección de las mejores poesías de Campoamor,
    ya que con ello le rendimos un sencillo homenaje de recuerdo y admiración





    La niña y la mariposa

    Va una mariposa bella
    volando de rosa en rosa,
    y de una en otra afanosa
    corre una niña tras ella.

    Su curso, alegre y festiva,
    sigue con pueril afán,
    y con airoso ademán
    la mariposa se esquiva.

    A veces con loco intento
    quiere hacer presa en sus galas,
    y, en vez de tocar sus alas,
    toca las alas del viento.

    Y su empeño duplicando,
    cuanto más corre afanosa,
    más leda la mariposa
    va su inocencia burlando.

    La ciñe en rápido giro,
    y al ir a cogerla esbelta,
    por cada vez que se suelta,
    suelta la niña un suspiro.

    Mas, sin ceder en su anhelo,
    presta una, y la otra ligera,
    ni una acorta su carrera,
    ni la otra amaina su vuelo.

    Y vagan embebecidas,
    sin sentir indiferentes
    ni el són de las claras fuentes,
    ni el de las auras perdidas.

    Ni los pájaros que espantan,
    entre las ramas divisan,
    ni ven las flores que pisan,
    ni oyen las aves que cantan.

    Y mientras estas cantando
    siguen con plácido estruendo,
    la niña sigue corriendo,
    la mariposa volando.

    -Amaina el vuelo sereno,
    mariposa,
    de quien es albergue el seno
    de la rosa.
    ¿Por qué en tal dulce ocasión
    vas sin tino
    huyendo así la prisión
    de lazo tan peregrino?

    Reina de las blandas flores,
    sus enojos
    no temas, ni los ardores
    de sus ojos,
    porque ese puro arrebol
    que enamora,
    si es luciente como el sol,
    es tierno como la aurora.

    Entre mil palmas no hay talle
    más galano,
    ni azucena en todo el valle
    cual su mano.
    No oirás de su voz divina
    la dulzura,
    ni el ruiseñor que trina,
    ni el raudal que murmura.

    Aprende el aura a ser leve
    de su planta,
    y, para formar con nieve
    su garganta.
    le dió el cisne el atavío
    de su pluma,
    lumbre la aurora, y el río
    su plata, cristal y espuma.

    -No sigas más la inconstante
    mariposa,
    enamorada y errante
    niña hermosa,
    que al fin vendrá a ser cautiva
    de tu llama,
    si aun amorosa, aunque esquiva,
    la luz de los cielos ama.

    Y aunque aspira de mil flores
    la fragancia,
    no imites en tus amores
    su inconstancia;
    que al fin de tanto vagar,
    suele, hermosa,
    entre las flores hallar
    la yerba más venenosa.

    Imita sólo su vuelo,
    pues serena,
    jamás, niña toca el cielo,
    ni la arena.
    Quien se humilla o sin razón
    subir quiere,
    muere a manos de un halcón
    si a las de un áspid no muere.

    Mas ¡ay! que vas en pos de ella
    vagarosa,
    sin escuchar mi querella,
    niña hermosa.
    Sigues con presteza tanta
    tu contento,
    que así encomiendas tu planta,
    como mi súplica, al viento.-

    Y en tan inocente afán,
    como su gusto entretienen,
    así vagabundas vienen,
    y así vagabundas van.

    A veces en su embeleso
    la mariposa, al pasar,
    suele fugaz estampar
    sobre su mejilla un beso.

    Y rauda su vuelo alzando,
    la niña de angel blasona,
    al trazar una corona
    sobre su frente girando.

    Y siguen acordemente
    la mariposa en sus giros,
    la niña con sus suspiros,
    con sus rumores la fuente.

    Vagan los aires süaves
    formando dobles acentos,
    y al grato son de los vientos,
    siguen cantando las aves.

    Y entre tanta melodía,
    tanta corriente murmura,
    que es todo el aire frescura,
    aroma, luz y armonía.

    Y susurrando congojas
    prosiguen mintiendo quejas,
    en el pensil las abejas,
    y en la enramada las hojas.

    Y tiernas flores hollando,
    y frescas auras batiendo,
    la niña sigue corriendo,
    la mariposa volando.



    A Felisa

    (El día de su casamiento)
    con: D Salustiano de Olózaga

    Aunque a la aurora temores,
    y al mismo sol dés enojos,
    te sientan con mil primores
    la languidez en los ojos,
    y en el cabello las flores.

    Muestran tantas maravillas
    los diamantes en tu cuello,
    las rosas en tus mejillas,
    que con real ornato brillas
    desde la planta al cabello.

    Y aunque arreo tan brillante
    dé a tu belleza decoro,
    ¡ay, que en tu lindo semblante
    oculta cada diamante,
    bella Felisa, un tesoro!

    Vertiendo dulce sonrisa,
    no ocultes los ojos bellos,
    porque te dirán con risa
    que ya leyeron, Felisa,
    tus pensamientos en ellos.

    Embebecida y errante
    vagas con planta insegura,
    cual si escucharas amante
    el céfiro susurrante
    que entre tus bucles murmura.

    Ya sé que en este momento
    las niñas en dulce calma
    oyen, con turbado intento,
    cosas que murmura el viento
    y escucha gozosa el alma.

    Ya se que el cielo abandonan
    los ángeles, y que hermosos
    de luz su frente coronan,
    y dobles himnos entonan,
    de su hermosura envidiosos.

    Sé que en sus ojos se encantan,
    y que en torno se revuelven;
    acentos de amor levantan;
    las llaman hermosas; cantan;
    besan su faz, y se vuelven.

    Y en ese instante de gloria,
    con recuerdos seductores,
    ya sé que por su memoria
    pasa la amorosa historia
    de sus pasados amores.

    Por eso. Felisa, errante
    vagas con planta insegura,
    cual si escucharas amante
    el céfiro susurrante
    que entre tus bucles murmura.

    Dime si tal vez, hermosa,
    en esa ilusión tranquila
    probando estás amorosa
    la dulce miel que destila
    el dulce nombre de esposa.

    Dí si en tus ojos se encienden
    los ángeles; si contento
    te causa tal vez su acento;
    y si mirándote, tienden
    las blancas alas al viento.

    Dí si en tus ojos se encienden
    los ángeles; si contento
    te causa tal vez su acento;
    y si mirándote, tienden
    las blancas alas al viento.

    Dí si recuerdas, Felisa,
    las canciones que sonaron
    en tu calle, y que apagaron;
    ¡que por Dios que bien aprisa
    siendo tan dulces, pasaron!

    Ya no escucharás cual antes,
    allá en las noches serenas,
    sobre los aires flotantes,
    las sabrosas cantilenas
    de los rendidos amantes.

    Que os es muy grato a las bellas
    al són del arpa importuna
    oir amantes querellas,
    ya al brillo de las estrellas
    ya al resplandor de la luna.

    Y os place ver derramados
    cantos de amor por los cielos,
    porque causen acordados
    a otras hermosuras celos,
    y a otros galanes cuidados.

    Y oís las trovas de amores,
    en vuestro lecho adormidas,
    como los vagos rumores
    que hacen al ondear las flores,
    de vuestras rejas prendidas.

    Y al despertar, con empeños
    tal vez pensais que, halagüeños
    os dan, cantando, placeres,
    esos dulcísimos seres
    con quien platicáis en sueños.

    Mas ¡ah, que ya se apagaron
    aquellos cantos, Felisa,
    que en tu alabanza sonaron!
    Y por Dios, que bien aprisa,
    siendo tan dulces, pasaron.

    Pasaron los amadores,
    llevando sus falsas llamas;
    tiempo es que libre de azores
    trate, Felisa, de amores
    la tórtola entre las ramas.

    Ya no escucharás, cual antes,
    Allá en las noches serenas,
    sobre los aires flotantes,
    las sabrosas cantilenas
    de los rendidos amantes.

    Las rosas que con pasión
    hoy te prendiste galana,
    las últimas rosas son
    que columpió en tu balcón
    la brisa de la mañana.

    Si ya con plácidas glosas
    tu pecho nunca se embriaga,
    aún hay canciones gustosas,
    con que a las tiernas esposas
    el aura nocturna halaga.

    Si trovas no están rompiendo
    tus sueños, como hasta aquí,
    los romperá el dulce estruendo
    de algún pecho que gimiendo
    esté, Felisa, por ti.

    Y unos sones muy callados
    oirás cruzar por los cielos,
    sin que causen, acordados,
    ni a otras hermosuras, celos,
    ni a otros amantes, cuidados.

    Y a cada momento, hermosa,
    en grata ilusión tranquila,
    podrás probar amorosa
    la dulce miel que destila
    el dulce nombre de esposa.



     
  5. clause

    clause Claudia

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    Re: ... de Historias y Tradiciones

    thomas alva edison

    Nace: 11 de febrero de 1847
    Lugar: Milan, Ohio, EEUU
    efemérides 11 de febrero

    Muere: 18 de octubre de 1931
    Lugar: West Orange, New Jersey, EEUU
    efemérides 18 de octubre

    Inventor norteamericano, el más genial de la era moderna. Su madre logró despertar la inteligencia del joven Edison, que era alérgico a la monotonía de la escuela. El milagro se produjo tras la lectura de un libro que ella le proporcionó titulado Escuela de Filosofía Natural, de Richard Green Parker; tal fue su fascinación que quiso realizar por sí mismo todos los experimentos y comprobar todas las teorías que contenía. Ayudado por su madre, instaló en el sótano de su casa un pequeño laboratorio convencido de que iba a ser inventor.

    [​IMG]
    Thomas Edison

    A los doce años, sin olvidar su pasión por los experimentos, consideró que estaba en su mano ganar dinero contante y sonante materializando alguna de sus buenas ocurrencias. Su primera iniciativa fue vender periódicos y chucherías en el tren que hacía el trayecto de Port Huron a Detroit. Había estallado la Guerra de Secesión y los viajeros estaban ávidos de noticias. Edison convenció a los telegrafistas de la línea férrea para que expusieran en los tablones de anuncios de las estaciones breves titulares sobre el desarrollo de la contienda, sin olvidar añadir al pie que los detalles completos aparecían en los periódicos; esos periódicos los vendía el propio Edison en el tren y no hay que decir que se los quitaban de las manos. Al mismo tiempo, compraba sin cesar revistas científicas, libros y aparatos, y llegó a convertir el vagón de equipajes del convoy en un nuevo laboratorio. Aprendió a telegrafiar y, tras conseguir a bajo precio y de segunda mano una prensa de imprimir, comenzó a publicar un periódico por su cuenta, el Weekly Herald.

    En los años siguientes, Edison peregrinó por diversas ciudades desempeñando labores de telegrafista en varias compañías y dedicando su tiempo libre a investigar. En Boston construyó un aparato para registrar automáticamente los votos y lo ofreció al Congreso. Los políticos consideraron que el invento era tan perfecto que no cabía otra posibilidad que rechazarlo. Ese mismo día, Edison tomó dos decisiones. En primer lugar, se juró que jamás inventaría nada que no fuera, además de novedoso, práctico y rentable. En segundo lugar, abandonó su carrera de telegrafista. Acto seguido formó una sociedad y se puso a trabajar.

    Perfeccionó el telégrafo automático, inventó un aparato para transmitir las oscilaciones de los valores bursátiles, colaboró en la construcción de la primera máquina de escribir y dio aplicación práctica al teléfono mediante la adopción del micrófono de carbón. Su nombre empezó a ser conocido, sus inventos ya le reportaban beneficios y Edison pudo comprar maquinaria y contratar obreros. Para él no contaban las horas. Era muy exigente con su personal y le gustaba que trabajase a destajo, con lo que los resultados eran frecuentemente positivos.

    A los veintinueve años cuando compró un extenso terreno en la aldea de Menlo Park, cerca de Nueva York, e hizo construir allí un nuevo taller y una residencia para su familia. Edison se había casado a finales de 1871 con Mary Stilwell; la nota más destacada de la boda fue el trabajo que le costó al padrino hacer que el novio se pusiera unos guantes blancos para la ceremonia. Ahora debía sostener un hogar y se dedicó, con más ahínco si cabe, a trabajos productivos.

    Su principal virtud era sin duda su extraordinaria capacidad de trabajo. Cualquier detalle en el curso de sus investigaciones le hacía vislumbrar la posibilidad de un nuevo hallazgo. Recién instalado en Menlo Park, se hallaba sin embargo totalmente concentrado en un nuevo aparato para grabar vibraciones sonoras. La idea ya era antigua e incluso se había logrado registrar sonidos en un cilindro de cera, pero nadie había logrado reproducirlos. Edison trabajó día y noche en el proyecto y al fin, en agosto de 1877, entregó a uno de sus técnicos un extraño boceto, diciéndole que construyese aquel artilugio sin pérdida de tiempo. Al fin, Edison conectó la máquina. Todos pudieron escuchar una canción que había entonado uno de los empleados minutos antes. Edison acababa de culminar uno de sus grandes inventos: el fonógrafo. Pero no todo eran triunfos. Muchas de las investigaciones iniciadas por Edison terminaron en sonoros fracasos. Cuando las pruebas no eran satisfactorias, experimentaba con nuevos materiales, los combinaba de modo diferente y seguía intentándolo.
    En abril de 1879, Edison abordó las investigaciones sobre la luz eléctrica. La competencia era muy enconada y varios laboratorios habían patentado ya sus lámparas. El problema consistía en encontrar un material capaz de mantener una bombilla encendida largo tiempo. Después de probar diversos elementos con resultados negativos, Edison encontró por fin el filamento de bambú carbonizado. Inmediatamente adquirió grandes cantidades de bambú y, haciendo gala de su pragmatismo, instaló un taller para fabricar él mismo las bombillas. Luego, para demostrar que el alumbrado eléctrico era más económico que el de gas, empezó a vender sus lámparas a cuarenta centavos, aunque a él fabricarlas le costase más de un dólar; su objetivo era hacer que aumentase la demanda para poder producirlas en grandes cantidades y rebajar los costes por unidad. En poco tiempo consiguió que cada bombilla le costase treinta y siete centavos: el negocio empezó a marchar como la seda.

    Su fama se propagó por el mundo a medida que la luz eléctrica se imponía. Edison, que tras la muerte de su primera esposa había vuelto a casarse, visitó Europa y fue recibido en olor de multitudes. De regreso en los Estados Unidos creó diversas empresas y continuó trabajando con el mismo ardor de siempre. Todos sus inventos eran patentados y explotados de inmediato, y no tardaban en producir beneficios sustanciosos. Entretanto, el trabajo parecía mantenerlo en forma. Su única preocupación en materia de salud consistía en no ganar peso. Era irregular en sus comidas, se acostaba tarde y se levantaba temprano, nunca hizo deporte de ninguna clase y a menudo mascaba tabaco. Pero lo más sorprendente de su carácter era su invulnerabilidad ante el desaliento. Ningún contratiempo era capaz de desanimarlo.

    En los años veinte, sus conciudadanos le señalaron en las encuestas como el hombre más grande de Estados Unidos. Incluso el Congreso se ocupó de su fama, calculándose que Edison había añadido un promedio de treinta millones de dólares al año a la riqueza nacional por un periodo de medio siglo. Nunca antes se había tasado con tal exactitud algo tan intangible como el genio. Su popularidad llegó a ser inmensa. En 1927 fue nombrado miembro de la National Academy of Sciences y al año siguiente el presidente Coolidge le hizo entrega de una medalla de oro que para él había hecho grabar el Congreso. Tenía ochenta y cuatro años cuando un ataque de uremia abatió sus últimas energías.
     
  6. clause

    clause Claudia

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    Re: ... de Historias y Tradiciones

    12 de Febrero

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    Los SIETE SANTOS FUNDADORES
    de los Servitas
    (siglo XIII)

    La amistad ha sido siempre cantada en la Sagrada Escritura. "El mejor tesoro es un buen amigo". Hoy más que nunca se habla y escribe de fraternidad y solidaridad. Buen reclamo, pues, estos siete Santos Fundadores, con su mensaje para este mundo que tanta necesidad tiene de verdadera amistad y de generosa entrega.

    Estamos en el siglo XIII y en la rica y artística ciudad de Florencia. Es este un caso insólito en la vida de la Iglesia, que ella celebre en su liturgia a tan elevado número de Santos, sin preocuparse de sus nombres ni de sus vidas, siendo que no murieron mártires como en tantos casos a través de los siglos de la Iglesia. Mártires sí que los hay en grupo y sin saber sus nombres. Entre los demás, no.

    Apenas si sabemos sus nombres. Parece que fueron estos: Bonfilio, Bonayuto, Manetto, Amidio, Ugoccio, Sostenio y Alejo. Eran unos comerciantes de Florencia pertenecientes a las más distinguidas familias de la ciudad. Formaban parte de una especie de Cofradía en honor de Santa María y que el pueblo conocía como "los laudes" o "los alabadores de la Santísima Virgen". Ellos eran algo así como la Junta directiva de esta Asociación Mariana y estaban llenos del espíritu de Dios y de un filial afecto hacia la Virgen María.

    Una de las Crónicas, después de afirmar que nadie sabía distinguirlos entre sí, en cuanto al fervor y observancia regular se refería, escribió: "Hubo siete hombres de tanta perfección, que nuestra Señora estimó cosa digna dar origen a su Orden por medio de ellos. No encontré que ninguno sobreviera de ellos, cuando ingresé en la Orden, a excepción de uno que se llamaba fray Alejo... La vida de dicho fray Alejo, como yo mismo pude comprobar con mis ojos, era tal, que no sólo conmovía con su ejemplo, sino que también demostraba la perfección de sus compañeros y su santidad".

    ¿Cómo llevaron adelante aquella empresa? - El cielo se encargaría de abrirles los caminos: El día de la Asunción, 15 de agosto, los siete recibieron una común iluminación: "Ponerse, a pesar de sus imperfecciones, a los pies de la Virgen María para que Ella obtuviera de su Hijo el perdón de todas sus faltas y los aceptase para la gloria de su Hijo y la suya... siendo siempre y en todo, los servidores de esta Reina y Señora y por ello se llamarían siervos de María".

    Bien pronto fueron aprobados por su propio Obispo y por el Papa después. Las gentes los tenía como santos pues decían que obraban muchos milagros. Cierto día cuando recorrían las calles de Florencia pidiendo limosna, unos niños que ni siquiera hablaban aún, exclamaron al pasar ellos: "He ahí los servidores de la Virgen. Dadles limosna".

    El Viernes Santo de 1239 la misma Virgen María se les apareció para señalarles que fuera negro su hábito y que aceptasen la Regla de San Agustín. Pronto empezaron a acudir jóvenes que deseaban abrazar aquella vida de austeridad y de servicio a la Virgen María a la que estaban especialmente dedicados. Desde un principio quisieron hacer hincapié en estas notas distintivas de su espiritualidad: Amor al retiro o soledad y también ejercicio del apostolado cuando fuere necesario pero especialmente con esta dirección: Propagar la devoción a la Virgen María en especial bajo esta faceta de su cooperación dolorosa a la Redención de Jesucristo.

    Fueron muriendo poco a poco los seis fundadores. Sólo sobrevivió a todos ellos San Alejo que es el más conocido y el que tuvo la alegría de ver propagada la Orden de la Virgen María por muchas partes con abundancia de vocaciones. Tuvo perseguidores como era natural por ser obra de Dios pero, pasados algunos siglos, el 15 de enero de 1888, el Papa León XIII los elevaba a los siete al honor de los altares
     
  7. clause

    clause Claudia

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    Re: ... de Historias y Tradiciones

    Hoy hay muchos importantes, como para al menos no nombrarlos a todos...
    efemérides 12 de febrero
    Autores nacidos o fallecidos el 12 de febrero

    nacimientos
    1809 - EEUU
    Abraham Lincoln
    1809 - Inglaterra
    Charles Darwin
    1874 - Belgica
    Auguste Perret
    1949 - España
    Joaquín Sabina
    1976 - Cuba
    Jenniley Bonilla
    fallecimientos
    1804 - oriental
    Immanuel Kant
    1966 - Suiza
    Wilhelm Röpke
    1971 - EEUU
    James Cash Penny
    1984 - Francia
    Julio Cortázar
     
  8. clause

    clause Claudia

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    Re: ... de Historias y Tradiciones

    julio cortázar



    ¿Hasta cuándo vamos a seguir creyendo que la felicidad no es más que uno de los juegos de la ilusión?



    Nada está perdido si se tiene el valor de proclamar que todo está perdido y hay que empezar de nuevo.

    [​IMG]


    Julio Cortázar nació en Bruselas el 26 de Agosto de 1914, de padres argentinos. Llegó a la Argentina a los cuatro años. Paso la infancia en Bánfield, se graduó como maestro de escuela e inició estudios en la Universidad de Buenos Aires, los que debió abandonar por razones económicas. Trabajó en varios pueblos del interior del país. Enseño en la Universidad de Cuyo y renunció a su cargo por desavenencias con el peronismo. En 1951 se alejó de nuestro país y desde entonces trabajó como traductor independiente de la Unesco, en París, viajando constantemente dentro y fuera de Europa. En 1938 publicó, con el seudónimo Julio Denis, el librito de sonetos ("muy mallarmeanos", dijo después el mismo) Presencia. En 1949 aparece su obra dramática Los reyes. Apenas dos anos después, en 1951, publica Bestiario: ya surge el Cortázar deslumbrante por su fantasía y su revelación de mundos nuevos que irán enriqueciéndose en su obra futura: los inolvidables tomos de relatos, los libros que desbordan toda categoría genérica (poemas-cuentos-ensayos a la vez), las grandes novelas: Los premios (1960), Rayuela (1963), 62/Modelo para armar (196:icon_cool:, Libro de Manuel (1973). El refinamiento literario de Julio Cortázar, sus lecturas casi inabarcables, su incesante fervor por la causa social, hacen de él una figura de deslumbrante riqueza, constituída por pasiones a veces encontradas, pero siempre asumidas con él mismo, genuino ardor. Julio Cortazar murió en 1984 pero su paso por el mundo seguirá suscitando el fervor de quienes conocieron su vida y su obra.
    Entre sus obras:

    Los Reyes (1949)
    Bestiario (1951)
    Final de Juego (1956)
    Continuidad de los parques
    No se culpe a nadie
    Las armas secretas (1959)
    Los premios (1960)
    Historias de Cronopios y de Famas (1962)
    Instrucciones para subir una escalera
    Historias de Cronopios y de Famas
    Conducta en los velorios
    Rayuela (1963)
    del capítulo 7
    del capítulo 68
    Todos los fuegos el fuego (1966)
    La vuelta al día en ochenta mundos (1967)
    la máquina para leer Rayuela y otras historias
    62/Modelo para armar (196:icon_cool:
    Último round (1969)
    La prosa del Observatorio (1972)
    Libro de Manuel (1973)
    Octaedro (1974)
    Alguien anda por ahí (1977)
    Territorios (197:icon_cool:
    Un tal Lucas (1979)
    Lucas, sus pudores
    Quremos tanto a Glenda (1980)
    Deshoras (1982)
    Nicaragua tan violentamente dulce (1983)
    Los autonautas de la cosmopista (1983, escrito con Carol Dunlop)
    Divertimento (1986)
    El Examen (1986)
    Diario de Andrés Fava (1995)
    Adiós Robinson (1995)
     
  9. clause

    clause Claudia

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    Re: ... de Historias y Tradiciones

    La vida es tan corta y el oficio de vivir tan difícil, que cuando uno empieza a aprenderlo, ya hay que morirse.



    joaquín sabina
    Biografía y obras destacadas de Joaquín Sabina


    --------------------------------------------------------------------------------

    Nace: 12 de febrero de 1949
    Lugar: Úbeda, Jaén, España
    efemérides 12 de febrero

    --------------------------------------------------------------------------------

    --------------------------------------------------------------------------------

    Biografía: Músico y poeta español, nacido en la ciudad de Úbeda, España y adoptado en cada lugar donde se presenta con su música y poesía. Joaquín es el segundo hijo de Adela Sabina del Campo, ama de casa y de Jerónimo Martínez Gallego, comisario de policía. Cursa sus estudios primarios con las monjas Carmelitas y con catorce años comienza a escribir poemas y a componer música en una banda de amigos. Posteriormente cursa el bachillerato en los Salesianos y su padre le regala su primera guitarra. En 1968, Joaquín Sabina se traslada a Granada para matricularse en la Facultad de Filosofía y Letras e iniciar los estudios de Filología Románica en la universidad. Su ideología le lleva a relacionarse con movimientos contrarios al régimen franquista, con lo que se ve obligado exiliarse, primero a París (Francia) y más tarde a Londres (Inglaterra). Se gana la vida cantando en el metro, restaurantes y cafés. En el año 1977, tras la muerte de Franco, consigue volver a España. Los éxitos comienzan a sucederse desde 1987, con su disco "Hotel, dulce hotel". Las poesías de Joaquín Sabina hablan de la calle, de la vida con sus verdades y mentiras y sobre todo de las relaciones amorosas, de la pasión y la soledad
    [​IMG]

     
  10. clause

    clause Claudia

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    Re: ... de Historias y Tradiciones



    No debemos dejar pasar la probabilidad que al inculcar constantemente la creencia en dios en las mentes de los niños, ha producido, quizá, un efecto heredado sobre sus cerebros aún no desarrollados completamente, que será difícil para ellos deshacerse de esta creencia en dios, como si el mono tirara su miedo y odio instintivo hacia una culebra


    [​IMG]
    charles darwin
    Biografía y obras destacadas de Charles Darwin


    --------------------------------------------------------------------------------

    Nace: 12 de febrero de 1809
    Lugar: Shrewsbury, Inglaterra
    efemérides 12 de febrero

    --------------------------------------------------------------------------------

    Muere: 19 de abril de 1882
    Lugar: Londres, Inglaterra
    efemérides 19 de abril

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    Biografía: Biólogo, geólogo y naturalista inglés que sentó las bases de la teoría de la evolución, al plantear el concepto de evolución de las especies a través de un lento proceso de selección natural. Charles Darwin fue el segundo hijo varón de una familia inglesa rica y sofisticada, de padre médico. Desde pequeño dio muestras de un gusto por la historia natural y de una gran afición por coleccionar cosas. Tras la muerte de su madre en 1817, la educación de Charles Darwin pasó a estar a cargo de una escuela local, lo peor que pudo sucederle diría más tarde. Después de graduarse de la escuela en Shrewsbury en 1825, fue a la Universidad de Edimburgo a estudiar medicina, pero abandonó en su segundo año para pasar a la Universidad de Cambridge. Tras graduarse en 1831, Charles Darwin se embarcó como naturalista en el barco de reconocimiento Beagle, merced a la recomendación del también naturalista John Stevens Henslow que había conocido en Cambridge, para emprender una expedición científica alrededor del mundo que duraría 5 años. Durante el viaje contempló con asombro la diversidad de la fauna y la flora de los distintos lugares y llegó a la conclusión de que era la separación geográfica y las distintas condiciones de vida la causa de que las poblaciones variaran independiente unas de otras. A su regreso a Inglaterra en 1836 y hasta comienzos de 1839, Charles Darwin vivió los meses más activos de su vida, convirtiéndose en una celebridad científica. Fue elegido secretario de la Sociedad Geológica de Londres (183:icon_cool: y se ganó el respeto y amistad de la elite intelectual británica. Tiempo después, Charles Darwin fue escogido miembro de la Royal Society (1839) y ese mismo año se casó con Emma Wedgwood. La pareja tuvo diez hijos, dos de ellos murieron en la infancia y Anne Darwin en 1851, a la edad de diez años, siendo un duro golpe para ellos. Trabajador incansable, Charles Darwin continuó desarrollando diferentes aspectos de problemas surgidos por el "Origen de las Especies", siendo elegido en 1878 miembro de la Academia Francesa de las Ciencias.
     
  11. clause

    clause Claudia

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    Re: ... de Historias y Tradiciones

    Los que niegan la libertad a los demás no se la merecen ellos mismos.

    Libertad

    Tiene derecho a criticar, quien tiene un corazón dispuesto a ayudar.

    Crítica

    Casi todas las personas son tan felices como se deciden a serlo.

    Felicidad

    Suavizar las penas de los otros es olvidar las propias.

    Pena

    La mejor justicia no siempre es la mejor política.

    Justicia

    El conocimiento es la mejor inversión que se puede hacer.

    Conocimiento

    Ha sido mi experiencia que gente que no tiene vicios tiene muy pocas virtudes.

    Vicio

    Es difícil hacer a un hombre miserable mientras sienta que es digno de sí mismo.

    Dignidad

    Es más fácil reprimir el primer capricho que satisfacer a todos los que le siguen.

    Capricho

    Deja que la virtud engalane tus pensamientos.

    Virtud

    Desear la inmortalidad es desear la perpetuación de un gran error.

    Inmortalidad

    Cuando hago el bien, me siento bien; cuando hago el mal, me siento mal, y esa es mi religión.



    abraham lincoln
    Biografía y obras destacadas de Abraham Lincoln
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    --------------------------------------------------------------------------------

    Nace: 12 de febrero de 1809
    Lugar: Kentucky, EEUU
    efemérides 12 de febrero

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    Muere: 15 de abril de 1865
    Lugar: Washington, EEUU
    efemérides 15 de abril

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    Biografía: Abogado, político y gran orador estadounidense, décimo sexto Presidente de Estados Unidos (1861-1865) y recordado por su honestidad, compasión y fortaleza de espíritu. Abraham Lincoln nace en el seno de una familia humilde de agricultores procedentes de Inglaterra. Su niñez estuvo marcada por la falta de dinero de la familia, acompañando al padre en un viaje de trabajo por el Missisippi, teniendo la oportunidad de experimentar las condiciones infrahumanas que padecían los esclavos negros. En su juventud, Abraham Lincoln trabajó en un almacén y sirvió como capitán en el ejército estadounidense durante la Guerra del Halcón Negro (1832). Tiempo después emprendió su formación autodidacta y hacia 1836 logró licenciarse en derecho. Abraham Lincoln fue diputado de Illinois (1834-1842) y merced a su defensa de mejores condiciones de vida para los negros y a su gran elocuencia, logró una gran popularidad en todo el estado. En 1849 perdió las elecciones para senador y se retiro varios años de la vida política, decepcionado por la falta de apoyo. En 1854, Abraham Lincoln volvió al plano político, fue uno de los miembros fundadores del Partido Republicano y ganó las elecciones como senador, sacando a relucir su brillante capacidad de oratoria y quedando en la historia varios de sus debates. En las elecciones de 1860 se consagró presidente, convirtiendo al Partido Republicano en una fuerte organización nacional. La coexistencia de los estados sureños esclavistas con los norteños antiesclavistas facilitó el camino hacia la Guerra de Secesión (1861-1865). En 1863, Abraham Lincoln pronuncia un discurso en la Dedicatoria del Cementerio Nacional de los Soldados en la ciudad de Gettysburg (Pensilvania), el "Discurso de Gettysburg", considerado uno de los más grandes discursos de la historia. Abraham Lincoln ganó la reelección en 1864, mientras los triunfos militares de la unión anunciaron un final a la guerra. Estando en su segundo mandato, asiste junto a su esposa a ver la comedia musical "Our American Cousin" en el teatro de Ford y recibe un disparo en la cabeza efectuado por un partidario de la Federación de Estados del Sur llamado John Wilkes Booth. Tras varias horas de de agonía fallece. La personalidad humanitaria, tesón, brillantes discursos y habilidad política convirtieron a Abraham Lincoln en uno de los presidentes más respetados de Estados Unidos, además de quedar en la historia como un brillante orador, artífice de discursos memorables.
     
  12. clause

    clause Claudia

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    13 de Febrero

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    SANTA CATALINA de RICCI
    Virgen
    (1522-1590)

    El siglo XVI fue fecundo en Santos en varias naciones, entre ellas Italia. El 23 de abril de 1522 nacía en Florencia, Toscana-Italia, la futura santa Catalina aunque el ser bautizada le fue impuesto el nombre de Alejandra. Sus padres, que se llamaban Francisco y Catalina, eran buenos cristianos y pertenecientes más bien a la aristocracia de la ciudad. Poco después de nacer Alejandra, murió su madre y su padre pasó a segundos nupcias.

    La pequeña Alejandra tanto por su padre como por la madrastra fue tratada y educada con todo cuidado. Ya desde niña aparecieron en ella, virtudes que después darían más copioso fruto cuando se hiciera mayor.

    Cuando tenía diez años fue internada por su padre en el Monasterio de Monticelli donde estaba de religiosa su tía Luisa Ricci. Muy pronto quedaron profundamente admiradas las religiosas al descubrir las muchas y profundas virtudes que adornaban su alma. Alguna religiosa medio la expiaba para ver si su virtud, sobre todo la que manifestaba cuando se encontraba ante el Señor en oración, si era algo natural o pasajero. Pasaba largas horas postrada ante el Santísimo Sacramento y meditaba en la Pasión del Señor, en cada uno de los pasos que nos recuerdan los Evangelios. Cuando ya sea religiosa será ésta una de las notas más destacadas de su rica vida espiritual.

    A los trece años volvió a la casa paterna siguiendo casi la misma vida que llevara en el internado. Su padre, según costumbre de la época, le propuso un lisonjero porvenir ya que tenía proyectado unirla en matrimonio con uno de los jóvenes de familia más noble de la ciudad. Alejandra agradeció a su padre sus buenos deseos pero le contestó resueltamente que no entraba en sus planes el contraer matrimonio ya que se había ya desposado con Jesucristo al que le había hecho voto de virginidad.

    Conoció a dos religiosas dominicas del Convento de San Vicente de Prato, que iban por la calle recogiendo limosna y la joven les pidió que le dieran toda clase de explicaciones del género de vida que en el convento llevaban. Después de bien enterada de ello pidió permiso a sus padres y con su bendición ingresó en aquel mismo Monasterio el 1535, cuando tan soló contaba trece años. Vistió el hábito de la Orden dominicana y al año siguiente emitió los votos religiosos con gran gozo de su alma y de todas las religiosas ya que todas sabían apreciar el gran regalo que les había hecho la Divina Providencia al enviarles esta perla de criatura.

    Al poco de profesar el Señor vino a visitarla enviándole una terrible y múltiple enfermedad ya que fueron varias las dolencias que a la vez afligían su débil cuerpo. Las mismas religiosas y los médicos quedaban admirados cómo era posible que pudiera resistir tanto dolor de todo tipo. Se le apareció un Santo de su Orden, hizo sobre ella la señal de la cruz y quedó curada por varios años. Durante estos atroces tormentos tenía una medicina que la curaba, por lo menos le daba paz y alivio: Era el meditar en la Pasión del Señor, en los muchos dolores que Él sufrió por nosotros... Meditaba paso a paso, en toda su viveza y a veces se le manifestaba el Señor bien con la Cruz a cuestas, bien coronado de espinas o clavado en la Cruz. Ante estos dolores del Maestro, Catalina -que así se llamó desde que vistió el hábito dominicano- encontraba fuerzas para cargar con su propia cruz...

    Recibió muchos dones y regalos del cielo: Revelaciones, gracias de profecía y milagros... Luces especiales en los más delicados asuntos de los que ella nada sabía. Por ello acudieron a consultarla Papas, cardenales y grandes de la tierra igual que personas sencillas y humildes. A todos atendía con gran bondad y humildad ya que se veía anonada por sus miserias y se sentía la más pecadora de los mortales. El 2 de Febrero de 1590 expiró en el Señor.
     
  13. clause

    clause Claudia

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    efemérides 13 de febrero
    Autores nacidos o fallecidos el 13 de febrero

    nacimientos
    1886 - Argentina
    Ricardo Güiraldes
    fallecimientos
    1837 - España
    Mariano José De Larra


    frases de Ricardo Güiraldes
    Ricardo Güiraldes » últimas frases

    El caballo galopaba libremente, la confianza del jinete depositada en instinto seguro.



    Crear visiones de lugares venideros y saber que siempre serán lejanos, inalcanzables como todo ideal. Huir lo viejo. Mirar el filo que corta un agua espumosa y pesada. Arrancarse de lo conocido. Beber lo que viene. Tener alma de proa.



    Sí, humílleme, pero algún día, si Dios quiere, nos hemos de encontrar cara a cara.



    Me fui, como quien se desangra.



    En derredor, los pastizales renacían en silencio, chispeantes de rocío.



    Rezar, dejar sencillamente fluir mi tristeza. No sé cuantas cosas se amontonaron en mi soledad.



    Tengo miedo de mirar mi dolor. No vaya a ser que me quede demasiado grande. Prefiero calzar mi deber como una valentía de espuelas e hincando mi pereza, que quisiera morir cobardemente, andar con frente firme ante la pampa yerma del dolor de los otros. Sólo así quiero merecer.



    El sueño cayó sobre mí como una parva sobre un chingolo.



    Una luz fresca chorreaba de oro el campo.


    No me mire, vida mía, con esa cara tan mala, que el corazón se me quiebra como una hojita de chala.


    La brisa disgrega el pecho en rezos.



    ¿Realidad? ¡Qué importa si vivió de inalcanzable!

    Ricardo güiraldes





    Nace: 13 de febrero de 1886
    Lugar: Buenos Aires, Argentina
    efemérides 13 de febrero



    Muere: 8 de octubre de 1927
    Lugar: París, Francia
    efemérides 8 de octubre

    [​IMG]

    Biografía: Poeta y escritor argentino que exaltó los amplios espacios argentinos y elogió la vida de los gauchos. Ricardo Güiraldes perteneció a una familia de alto rango social y viajó por Europa durante la eclosión de las vanguardias. Se inició con un libro de versos, "El cencerro de cristal" (1915). En 1926 aparece la obra más notoria de Ricardo Güiraldes, "Don Segundo Sombra", novela emblemática para su época, donde narra la iniciación de un joven bastardo a manos del último gaucho, todo ello mezclado con descripciones de la vida campesina, relatos tradicionales y descripciones de la naturaleza que la imbrican en el regionalismo americano. La genialidad poética y elevada inspiración metafórica hicieron que dentro de las narraciones de Ricardo Güiraldes se puedan hallar expresiones de alto contenido alegórico, de carácter profundamente reflexivas
     
  14. clause

    clause Claudia

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    14 de Febrero

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    SAN VALENTÍN
    Presbítero y mártir
    (+ 26:icon_cool:

    Vivía este santo mártir en Roma, reinando Claudio II, hacia el año 270. Su virtud y sabiduría le habían granjeado la veneración de los cristianos y aun la de los gentiles. Mereció el nombre de padre de los pobres por su caridad y su celo por la Religión. Ganaba primero los corazones para si y después para Jesucristo.

    El emperador gustó tenerle a su lado, y le halagó para que apostatase; pero Valentín, firme en la fe de Cristo, respondió al gentil emperador que antes se debe obedecer a Dios que a la potestad secular en materia de fe y de costumbres, y que los dioses del paganismo era mera fábula. En su consecuencia le metieron en la cárcel, como cristiano y enemigo de los dioses del imperio. Estuvo preso algunos días cargado de cadenas, y fue apaleado varias veces, hasta que al fin, viendo su constancia en confesar la fe verdadera, fue degollado fuera de la ciudad, en la vía Flaminia, que va a Umbria, el año 270.

    Los cristianos recogieron el cádaver y lo enterraron allí mismo, en el lugar que hoy, se llama Puerta del Pópulo; y más tarde el papa Julio I mandó levantar un templo, que está en mucha devoción en Roma.
     
  15. clause

    clause Claudia

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    BIOGRAFIA Dr. COSME M. ARGERICH





    La designación del Hospital con el nombre de “Cosme Mariano Argerich” es un verdadero honor y orgullo para los miembros del mismo y a su vez el crecimiento y el prestigio de la institución significan un homenaje a quien lo honrara con el legado de su nombre.

    A continuación explicaré el porque de estas afirmaciones, para esto haremos un pequeño resumen de los sucesos que permitirían la llegada y asentamiento de los Argerich y de su aporte a la Medicina de nuestro país. Para eso volvemos a los aspectos históricos que habíamos mencionado al inicio del libro.

    Tras la expulsión de los jesuitas en 1767, los betlehemitas aprovecharon para pedir la construcción de un hospital más amplio y moderno en los terrenos que aquellos poseían.

    Se inició la edificación y lo primero que se trasladó al nuevo hospital fueron los alienados y luego los enfermos crónicos. Fue llamado Hospital General de Hombres y subsistió hasta 1883. Existió en el mismo una sala para oficiales del ejército, razón que lo transforma en el primer hospital militar.

    La tercera institución metropolitana fue el Hospital General de Mujeres, que tuvo su origen en la Hermandad de la Santa Caridad. Este hospital funcionó precariamente, desarrollando su labor a merced de donaciones.

    Entre los médicos que fijaron su residencia en Buenos Aires al promediar el siglo XVIII, el más famoso fue el coronel don Francisco Argerich, médico de los jesuitas en Buenos Aires y otras órdenes religiosas; es el primero de los Argerich en ejercer la Medicina en el Virreynato.

    Estamos en los momentos en que se organiza la institución que se dio en llamar Protomedicato, es decir la entidad que regularía la manera en que ejercen la actividad los miembros que conforman esa agrupación, o sea, los Médicos. Es un intento de reglamentación que lleva adelante Carlos III en España y que se traslada de igual manera al Virreynato del Río de la Plata.

    En este contexto, Vértiz (que gobernó entre los años 1778 y 1784) creó el primer Tribunal del Protomedicato y nombró al primer protomédico: el irlandés doctor don Miguel Gorman, designado como "Protomédico General y Alcalde Mayor de todos los facultativos en Medicina, Cirugía y Farmacia en todos los distritos del virreinato”.

    Paralelamente fueron creadas medidas de mejoramiento urbano y social, creando paseos públicos, fomentando la implementación de un censo poblacional, que presentó datos sumamente interesantes: la población de la ciudad de Buenos Aires era de 24.205 habitantes y el 50 por ciento de la misma estaba compuesta por indígenas y mestizos.

    Francisco Argerich, había participado en 1780 como jefe médico de la expedición enviada por el virrey Vértiz para combatir la insurrección de Túpac Amaru.

    El primer protomédico, Miguel Gorman propuso la designación de Francisco Argerich –que desempeñaba el mismo puesto de cirujano Mayor de los ejércitos del Rey con el grado de coronel– y del licenciado don José Alberto Capdevila.

    Francisco Argerich era el padre de Cosme Mariano Argerich, quien había nacido en la ciudad de Buenos Aires el 26 de Setiembre de 1758. Tendría 17 hermanos. En 1776, su padre lo envía a estudiar a España, donde obtiene en 1783 el título de Medicina del Gremio y Claustro de la Real y Pontificia Universidad de Cervera (Barcelona), y se casa allí con la joven Margarita Marti. Se destacó ejerciendo su profesión en Barcelona. Cosme Mariano vuelve a Buenos Aires en 1784 y es nombrado Médico del Colegio de Huérfanos, y al tiempo se convierte en el Primer Examinador del Protomedicato. En 1786 nació su hijo, Francisco Cosme (bautizado con el nombre de su abuelo y de su padre).

    En Buenos Aires tiene durante los años 1794 y 1796 activa participación en la lucha contra los brotes de viruela.

    Por esa época, junto a Agustín Fabre y Bernardo Nogués redacta las Ordenanzas del Real Colegio de Medicina y Cirugía de Buenos Aires.

    En 1801 publica un artículo en el Telégrafo Mercantil donde recomienda la vacunación antivariólica y siendo Profesor de la carrera de Medicina, tiene como alumno del Primer Curso a su propio hijo: Francisco Cosme.

    En 1802 asume como catedrático de Medicina en carácter de sustituto y como “Protomédico General y Alcalde Mayor de todas las Facultades de Medicina, Cirugía, Pharmacia y Phlebotomía”.

    Durante las Invasiones Inglesas de 1806 y 1807 actuó como Médico Jefe del Hospital de la Caridad atendiendo a militares heridos.

    En 1810 participa junto a Agustín Fabre, Bernardo Nogués y Justo García Valdés en el Cabildo Abierto del día 22 de mayo. Los cuatro profesionales médicos sostienen con patriótico entusiasmo las nuevas ideas de emancipación.

    La influencia de los sucesos de 1810 en los médicos y cirujanos de la época fue sobresaliente. Es así que los hechos en España y los que desembocarían en la Revolución de Mayo de 1810, tuvieron una enorme gravitación en las vidas de los jóvenes del Río de la Plata, ya que el ambiente era más proclive a sostener los primeros pasos independentistas, que a la actividad de las aulas. Por eso, no es de extrañarse que desde 1804 hasta 1815 no se creó ningún curso de medicina. Sin embargo el Protomedicato continuó con su rol de guardián de la salud pública y garante de la profesión médica.

    Buenos Aires, pasado el cimbronazo de las invasiones inglesas supo encontrar su camino y con la revolución de 1810 forjó airosamente su destino con los cambios consiguientes políticos - sociales.

    El 25 de mayo la voluntad del pueblo, categórica y valiente, tuvo su triunfo. La percepción del advenimiento del proceso y la libertad de pensamiento serían principios renovadores impuestos por la victoria revolucionaria de mayo, principios compartidos por el Dr. Cosme Mariano Argerich.

    El gobierno de Buenos Aires, en 1812 designa a Cosme Argerich, Luis Chorroarín y Diego Savaleta en una comisión destinada a desarrollar un plan de estudios y de educación pública en un colegio de ciencia próximo a ser creado, pero ese plan resultó impracticable.

    En marzo de 1813 la Asamblea decidió crear la Facultad Médica y Quirúrgica y el 9 de abril de 1813 el doctor Argerich fue nombrado catedrático de medicina "por cuanto se ha creído indispensablemente necesario realizar en esta ciudad un plan de estudios de medicina y cirugía que proporcione a la juventud acontecimientos e ilustración de los objetos de tanta importancia que comprende".

    El Plan del doctor Argerich aprobado por la Asamblea era de 6 años y fue uno de los mejores por la coordinación de las materias y la amplitud de su estudio. La Anatomía Normal y Patológica, la Fisiología, Patología General, Higiene, Semiología, Terapéutica y Materia Médica, estaban distribuidas en los 4 primeros años de estudio, reservándose para los 2 últimos la enseñanza de la Nosografía Quirúrgica y Médica. Los alumnos de 5° y 6° año tenían la obligación de asistir diariamente a las visitas hospitalarias de los profesores y escuchar las conferencias de clínica. Entre las condiciones exigidas para el ingreso, figuraban los conocimientos de la sanidad y el título de bachiller.

    La necesidad de cirujanos en los batallones patriotas se hizo tan necesaria que se admitieron voluntarios extranjeros. Fue entonces cuando en mayo de 1813, la Facultad Médica y Quirúrgica pasó a ser el Instituto Médico Militar, destinado al aumento y mejor dotación de cirujanos para los ejércitos de la patria. El director del Instituto fue Cosme Argerich, quién designó como colaboradores al doctor Salvio Gaffarot, el doctor Cristóbal Martín de Montufar, el doctor Juan Fernández, y a su propio hijo, el Dr. Francisco Cosme Argerich.

    El 19 de diciembre de 1813 se lo designa Cirujano de la Expedición Auxiliar del Ejército del Perú, pero a causa de su vulnerada salud, retornó a Buenos Aires.

    En 1814 Argerich eleva al Gobierno un Reglamento de Medicina Militar para aplicar en el Instituto. La resolución que daba comienzo a los cursos apareció en la gaceta Ministerial del Gobierno el 1° de marzo de 1814. Según la misma, tanto los profesores como los alumnos quedaban de hecho incorporados al Ejército. Este proyecto fue rechazado por el Consejo de Estado, que acusó a los profesores de buscar un pretexto para beneficiarse con las distinciones y honores de los Jefes y Oficiales del Ejército. A pesar de todo, los cursos se iniciaron en 1815.

    Tanto los profesores como los alumnos tenían la obligación de concurrir cuando el gobierno los necesitara. Todos cumplieron con su deber como practicantes primero y como cirujanos más tarde.

    Los primeros egresados fueron: Miguel Rivero, Pedro Martínez Niño, Fuentes y Sánchez.

    En septiembre de 1816 el doctor Cosme Argerich, junto con Diego Paroissien (nombrado Cirujano Mayor del Ejército de los Andes) tuvo a su cargo la organización del departamento de Hospitales del Ejército, constituido por 3 profesores, 5 betlemitas y 7 civiles asistentes de cirujanos en cumplimiento del mandato del Instituto Médico Militar. El mismo ordenaba el mejor servicio de los Ejércitos de la Patria, y proveyeron a San Martín los insumos médicos y sanitarios para la campaña libertadora de Chile. Entre todos lograron formar un verdadero hospital de sangre que auxilió al ejército en el cruce de los Andes.

    En 1818 ya habían transcurrido cinco años de la creación del Instituto Médico Militar y no estaban aprobados todavía el Reglamento y Plan de Estudios del mismo. Argerich escribe que era necesario hacer primero algunas observaciones para que su aplicación no saliese errada. El plan finalmente aprobado ha sido calificado como uno de los mejores por la coordinación de las materias y amplitud de los estudios.

    El 14 de febrero de 1820 muere producto de un cuadro anginoso el Dr. Cosme Mariano Argerich



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