Recopilación de información sobre mascotas en el foro de infojardín

Tema en 'Mascotas (temas generales)' comenzado por mai^a, 4/9/08.

  1. clause

    clause Claudia

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    Re: Cave Canem

    EL PERRO COMO LEGADO CULTURAL
    Raúl Valadez Azúa
    Velia Mendoza España

    Hace ya poco más de una década que se demostró de forma
    indiscutible que el perro era descendiente directo del lobo (Canis lupus) yque el proceso que llevó a la formación de Canis familiaris se inició hace
    más de 100,000 años (Vilá et al 1997). Más allá del impacto que podía
    producirse al contemplar una cifra tan grande, en realidad para nadie es
    sorpresa constatar que el origen del concepto “el mejor amigo del hombre”
    se pierde en el tiempo y que la dualidad hombre-perro es algo que forma
    parte de nuestra naturaleza con tanta fuerza como la que imponen nuestros
    propios genes.
    Una vinculación y arraigo tan poderoso del perro hacia lo humano
    lo convierte en un elemento cultural de primer orden cuando tratamos de
    reconocer nuestra propia naturaleza más allá de la expresión escrita.
    Estemos conscientes de ello o no, el perro es una especie que desde hace
    muchos milenios es un reflejo directo de las culturas en donde existe, de la
    gente con las cuales convive, del ámbito familiar. De esta forma su estudio
    y el conocimiento que podamos derivar de ello se convierte en un interesante
    banco de información para su uso en diversas ciencias, por ejemplo la
    antropología.
    Esto es particularmente importante dentro de la América latina, donde
    constantemente hemos vivido la lucha de salvaguardar nuestro legado
    cultural frente a los fenómenos de colonialismo y globalización que,
    impuestos desde fuera de nuestro territorio, consideran desechable todo
    valor creado dentro de nuestro ámbito ya que nos permite conservar nuestra
    identidad y un espíritu de independencia al margen de las políticas dictadas
    desde fuera.
    Origen Del Perro
    Nuestra propia especie, Homo sapiens, lleva alrededor de unos 100,000
    años de vida en el planeta (Tattersall 1997) desde que apareció en África.
    Casi al mismo tiempo, en el noreste de Asia, el tronco común del lobo gris
    se separaba en dos ramas, una de las cuales quedaría ligada, por diversos
    factores ecológicos, a los grupos de cazadores-recolectores de Homo erectus
    que en ese momento habitaban la región (Valadez 2000; 2002). Este detalle
    es importante, por tanto los elementos que favorecieron el inicio de esta
    interacción superan no solo a la civilización humana, sino incluso a nuestro
    propio acervo biológico. Dicho de manera coloquial “las características
    biológicas de Homo sapiens y Canis lupus harían inevitable que tarde o
    temprano se diera el proceso que terminaría con el origen del perro, solo
    faltaba que los actores se colocaran en el sitio apropiado.
    El perro como tal se originó hace unos 30,000 años (Serpell 1995;
    Valadez 2003) y desde ese momento dejó de ser un animal cuya presencia
    el hombre aceptaba, aunque posiblemente no entendía y se convirtió en
    componente de las bandas, personaje que en más de una ocasión era la
    diferencia entre la vida y la muerte. La práctica de enterrar a humanos con
    perros se ha enfatizado mucho en ciertas regiones, pero en realidad se trata
    de una práctica universal, pues los encontramos en todos los continentes, a
    veces desde tiempos muy remotos, circunstancia que nos lleva a pensar
    desde cuando el hombre cobró conciencia de la diferencia que existía entre
    vivir solo o con un perro a su lado.
    Llegada del perro al continente americano
    Una vez llegado a este punto, se inició un lento pero progresivo avance
    de esta nueva versión de banda “humano-perruna” desde el noreste de Asia
    hacia el resto del mundo. Hace unos 12,000 años ya existían en el Cercano
    Oriente, en Australia y muy probablemente ya se había iniciado el recorrido
    que llevaría a estas bandas hacia el continente americano (Leonard et al 2002).
    Este aspecto es importante de enfatizar, pues jamás hasta ahora se
    ha hecho la simple pero definitiva pregunta: ¿Llegó el hombre sólo al
    continente o ya venía con un compañero a su lado? Existen hallazgos
    paleontológicos que ubican a nuestra especie en América en tiempos tan
    antiguos como 20,000 años antes del presente o incluso antes (Mirambell
    2000), pero también es cierto que en más de una vez hemos tenido que
    rectificar las fechas, ya que con frecuencia las edades están calculadas en
    función de la estratigrafía y no de otros métodos más exactos. Con respecto
    a esto, encontramos que existen elementos sumamente interesantes
    relacionados con la llegada del perro que afectaron la vida en el continente
    y que también afectan nuestra propia percepción de este tema: por un lado,
    si el continente fue poblado por bandas humano-perrunas necesariamente
    pensamos ¿hasta donde habríamos llegado en esta travesía por el continente
    si lo hubiéramos hecho solos?, por otro lado, si primero entraron grupos
    humanos y después, hace unos 10,000 años, los perros, ¿no coincide esto
    con las fechas en las que se acepta que inició la extinción de la fauna
    pleistocénica americana? (Figuras 1 y 2).
    [​IMG]
    Figura 1. Imagen tradicional de la entrada del hombre al continente americano.
    Bandas de cazadores-recolectores que penetran al continente en busca de presas
    [​IMG]
    Figura 2. Esta imagen, ajustada a la información actual
    debe incluir dentro del grupo a los perros.

    (continua)
     
  2. clause

    clause Claudia

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    Re: Cave Canem

    EL PERRO COMO LEGADO CULTURAL
    (continuacion)
    Raúl Valadez Azúa
    Velia Mendoza España

    Las evidencias de biología molecular indican que los perros
    americanos no son producto de una sola pareja que puso un pie en América
    y de allí se dispersaron en un sólo proceso; más bien lo que se manifiesta
    es que en el norte del continente existían bandas que deambulaban de aquí
    para allá y algunas de ellas penetraron más hacia el sur. De éstas, algunas
    no avanzaron más allá de ciertos límites y unas pocas continuaron su camino,
    lo cual lleva a la circunstancia de que los perros de Alaska muestreados
    manifiesten múltiples orígenes, mientras que en México la muestra indica
    que los perros nativos provenían unas pocas líneas, las cuales se relacionan
    con ejemplares que avanzaron más allá, o sea, hasta América del Sur
    (Valadez, Leonard y Vilá 2003 a, b), situación que en este momento lleva
    a la conclusión de que todo el universo canino latinoamericano es de carácter
    único y que estas poblaciones vivieron un largo periodo de aislamiento
    (roto en el siglo XVI) (Figura 3).
    Este dato ubica a las razas de perros nativas sudamericanas en el
    mismo nivel que tienen los dingos, o sea como joyas zootécnicas. Existen
    diversas teorías acerca de cómo se dio el poblamiento del continente por
    parte de Homo sapiens, pero lo cierto es que la imagen que proporcionan
    los perros acerca de este fenómeno es algo que no puede pasarse por alto
    dentro del tema.
    Concepto y manejo del perro en tiempos antiguos
    El viejo mundo
    A la llegada de la civilización, el perro era ya un elemento demasiado
    compenetrado en la vida del hombre, por lo cual toda manifestación acerca
    de él al interior de una cultura no es más que una expresión antropogénica.
    En el antiguo Egipto se les consideraba compañeros de caza, parte del
    equipo de pastoreo, guardianes y podían ser tan valiosos que llegaban a ser
    embalsamados y colocados en tumbas, sin embargo nunca llegaron a formar
    parte del universo divino egipcio tal y como ocurrió con el gato.
    En Medio Oriente se enfatizó más el aspecto de uso con fines de
    cacería, pues existen imágenes de mastines de época asiria en jornadas de
    cacería incluso contra leones y es posible que en esa misma región se haya
    iniciado la tradición de uso de los perros para la guerra (Brewer, Clark y
    Phillips 2001).

    [​IMG]
    Figura 3. Durante la ocupación de América, bandas de cazadores-recolectores
    constituidos por hombres y perros se movieron al azar por el norte, penetrando
    algunas hacia el interior del continente. Conforme avanzaron hacia el sur, los
    grupos de humanos y perros fueron aislándose de las poblaciones que
    continuaban deambulando entre Alaska y Siberia y así fueron convirtiéndose
    en líneas genéticas independientes del resto. Del total de bandas que alguna
    vez pusieron pie en América, sólo unas pocas alcanzaron a llegar hasta
    Mesoamérica y menos aún a Sudamérica. Las razas prehispánicas de perros
    latinoamericanas descienden de tres líneas provenientes del norte.


    Continua.
     
  3. clause

    clause Claudia

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    Re: Cave Canem

    Valadez y Mendoza EL PERRO COMO LEGADO CULTURAL
    Continuación
    Al estudiar el valor del perro dentro de estas culturas es claro el
    papel que se les da dentro de lo que son las actividades principales de la
    gente: el pastoreo, la caza, la compañía y la guerra. La necesidad, o el
    interés, en aprovechar al máximo a estos animales daría origen a la
    zootecnia, o sea, a la formación de razas con fines específicos. Más adelante,
    en el mundo Clásico y con el advenimiento del cristianismo, todo elemento
    que le diera al perro un valor religioso fue excluido y los aspectos utilitarios
    se convirtieron en el eje de la relación perro-hombre (Mendoza 2004),
    todo esto un simple reflejo de los valores dominantes en la civilización
    occidental, donde finalmente todos los seres vivos se encontraban por debajo
    del hombre y puestos a su servicio.
    El nuevo mundo
    En América el destino del perro fue tan variado como el mostrado,
    pero con una mayor carga hacia lo simbólico y menos hacia lo utilitario.
    En general todos los estudios respecto del perro en este continente aceptan
    su uso como fuente de carne, como guardia y compañero de caza, dentro
    de eventos fúnebres, como animal de sacrificio y en otros ámbitos religiosos.
    Por el contrario, no hay datos concretos que hagan referencia a su empleo
    dentro de la guerra, aunque esta actividad estuvo presente en toda la
    historia prehispánica, ni hay tampoco evidencia clara de esfuerzos humanos
    dirigido hacia la creación de razas con fines específicos, al menos nada
    que podamos reconocer hasta este momento (Mendoza 2004; Schwartz
    1997; Valadez, Blanco y Rodríguez 2000).
    Dado que la información disponible nos refiere frecuentemente a
    culturas en las cuales ya existe una economía basada en actividades tales
    como la agricultura, la crianza de animales domésticos o el comercio, no
    parece que su uso como alimento fuera, para esta gente, la diferencia entre
    vivir o morir. Por otro lado, disponemos de información que demuestra
    que estas personas si se esforzaron en crear razas de ciertos animales
    domésticos con fines definidos, por lo que no incluir al perro en este
    concepto fue una decisión y no un accidente. Visto de esta forma es
    necesario aceptar que dentro del concepto “perro” que manejaban muchas
    de las culturas de la América precolombina existía un elemento simbólico
    que no encontramos en el Viejo Mundo y que se manifestaba incluso dentro
    de actividades domésticas o utilitarias.
    Por último, es interesante constatar como en varias culturas
    prehispánicas de América latina existieron tradiciones que relacionan al
    perro con el origen de la humanidad (Valadez y Mestre 1999; Mendoza
    2004), las cuales no tiene equivalente en el Viejo Mundo. ¿Será acaso un
    recuerdo que pervivió en estas civilizaciones y que ubica la llegada de los
    hombres y perros al continente dentro del mismo evento?
    El perro dentro de las sociedades prehispánicas americanas: Dos
    ejemplos.
    El caso de México
    De modo más concreto es posible ver el universo cultural dentro del
    cual se movía el perro al interior de la civilización mesoamericana1 y que
    nos deja ver su impacto.
    En el plano material, el perro siempre fue una importante fuente de
    carne, sobre todo en las grandes ciudades, donde era importante aprovechar
    los recursos domésticos; sin embargo es importante destacar que gran parte
    del consumo se realizaba dentro de una atmósfera de ritualidad, aspecto
    muy bien documentado a nivel arqueozoológico y de crónicas, debido a
    que se pensaba que el consumo de carne llevaba implícito que la persona
    asimilara en cierta medida la esencia espiritual del animal. Esta idea la
    vemos desde las más tempranas épocas de la civilización mesoamericana.
    El uso de los huesos y las pieles para la elaboración de diversos
    artículos era algo también común, y muy importante pues hay que recordar
    que estos pueblos tuvieron muy poco contacto con la metalurgia. Los
    objetos creados abarcaban toda una gama de opciones y niveles utilitarios
    y simbólicos, desde herramientas de uso cotidiano hasta elementos
    distintivos que portaban sacerdotes y militares (Valadez et al 2002). Como
    compañía para vivos, se le tenía en alta estima y hasta la actualidad es
    posible ver tradiciones en las cuales se otorga una enorme valía a los perros
    en función de la lealtad, el afecto y el espíritu de sacrificio. Posiblemente
    toda la gente podía criar perros, pero en las ciudades mayores existía cierta
    normatividad al respecto, sobre todo por los lotes de animales que se
    empleaban en actividades rituales.
    En este momento tenemos registrada la existencia de cinco razas de
    perros prehispánicas, pero salvo una que se “creaba” a través de la
    hibridación de perros y lobos, las restantes parecen haber sido más producto
    del aislamiento o del azar que de intereses concretos (Valadez, Blanco y
    Rodríguez 2000). Algunas tradiciones del final de la época prehispánica
    refieren al color del animal como elemento de importancia durante la
    selección de ejemplares para ritos, pero si eso fue algo que impulsara el
    trabajo de los criadores es algo que desconocemos.
    Como animal de sacrificio fue extensamente utilizado, tanto en
    actividades ceremoniales como fúnebres (Valadez y Mestre 1999; Valadez
    et al 2001; 2002), existen suficientes pruebas para asegurar que el perro
    fue el animal más involucrado en este tipo de prácticas y es posible que en
    el presente no conozcamos ni una décima parte de todo el universo religioso
    en el cual estos animales eran el personaje principal (Figura 4).
    [​IMG]
    Figura 4. Perro arqueológico cuyo estudio rebasa por mucho el esquema «tradicional»
    empleado en la arqueología, constituye un avance en la investigación del perro
    Precolombino en México. Ejemplar de raza común mesoamericana, sexo
    masculino, edad tres a cinco años, altura a la cruz de 38 a 40 cm, longitud
    cabeza-tronco de 63 cm y peso aproximado de 9.5 kg. Su alimentación fue rica
    en carne semejante a la de un coyote (Canis latrans) y la cuantificación del colágeno
    residual permitió ubicar la antigüedad del contexto en el que se descubrió (1,400
    años antes del presente). Este y una hembra aparecieron a la entrada de una cueva,
    donde fueron empleados dentro de un rito relacionado con la dualidad día-noche
    u hombre-mujer. El ejemplar forma parte de la colección perteneciente al proyecto
    «Estudio de Túneles y Cuevas en Teotihuacan» dirigido por la Dra. Linda Manzanilla

    Continua
     
  4. clause

    clause Claudia

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    Re: Cave Canem

    Valadez y Mendoza EL PERRO COMO LEGADO CULTURAL
    continuación
    Por último, como símbolos calendáricos, elementos distintivos de
    clanes, personajes de mitos o deidades también los tenemos presentes
    (Valadez y Mestre 1999). Destaca entre todo esto el mito que decía que los
    perros habían sido en otros tiempos seres humanos que habían sido
    castigados por los dioses.
    El caso de la zona andina
    Los perros en Sudamérica vivieron también un universo de
    interacciones con los hombres que rebasan lo puramente utilitario (Mendoza
    2004). Su uso como alimento fue algo común desde tiempos muy remotos,
    aunque la imagen de esta práctica varía de una región a otra. Algunas
    crónicas peruanas hablan respecto de que el consumo de la carne de perro
    se ligó a castigos y quizá por este esquema de “devaluación” los Incas
    abolieron la práctica. En otros casos su consumo está vinculado a una deidad
    en particular y en otros casos simplemente es una práctica que se conservó
    aún con la presencia de la llama y el cuy.
    No conocemos con detalle las pautas que llevaron estas personas
    respecto del manejo del perro, pero sabemos que al inicio de la colonia
    eran reconocibles varios tipos gracias a las imágenes presentes en fuentes
    históricas (Mendoza y Valadez 2003; Poma de Ayala 1992).
    Perros descubiertos en entierros son más comunes de lo que parece, baste
    decir que se les ha reportado a lo largo de toda la zona andina. A veces
    aparece esta práctica ligada a sacrificios a los dioses, en otros casos es
    el resultado de que se les coloque como acompañantes de personas
    que debían tener a un perro para que los acompañara en su viaje al
    más allá. También podemos encontrar a estos animales como piezas para
    el sacrificio, por ejemplo en cultos lunares, algunos de los cuales incluso
    ligan la tradición a la idea de que los humanos descendemos del cruce de
    un perro con una mujer.
    El perro como acompañante de divinidades lo vemos, por ejemplo,
    en un telar Wari – Tiwanaku (c. a 500 d. C.) procedente de Ancón en el
    cual se representan 2 perros junto a cuatro guerreros (Mendoza 2000; 2004)
    y a los cuales se les considera en la mitología andina como “qhoa(s) o
    huamani (es)” de los que se vale el apu o divinidad encarnado en las altas
    cumbres nevadas para castigar a la gente con granizadas o exceso de lluvias.
    Nro 2, 2005 NUEVOS APORTES 24
    Quizá el único rubro en el cual no aparece de forma clara es como deidad,
    aunque en realidad no hay suficientes estudios para asegurarlo.

    Continua

     
  5. clause

    clause Claudia

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    Re: Cave Canem


    Valadez y Mendoza EL PERRO COMO LEGADO CULTURAL
    El perro como espejo de los cambios derivados del orden colonial
    La llegada de los españoles al continente derivó en la imposición de
    las normas morales y religiosas, parte de las cuales exigía el traslado del
    perro a un ámbito puramente terrenal, pues todo concepto religioso ligado
    a él implicaba el deseo de preservar las antiguas costumbres. En el centro
    de México, a mediados del siglo XVI existían mercados en los cuales la
    gente pagaba más por un perro que por una vaca ante la indignación de los
    clérigos (Benavente 1944). Existen también relatos en los cuales se indican
    de que alternativas se valían los indios para conservar las tradiciones a
    pesar de la imposición española, por ejemplo poner figuras de perro en el
    entierro, hechas con palma, en vez de colocar animales verdaderos.
    Más allá de esta confrontación entre religiones podemos ver a estos
    animales como “medidores” de los valores humanos durante esta época.
    Así, cuando llegaron los españoles y empezaron a conocer el mundo nativo,
    los perros no fueron objeto de atención, salvo en casos muy particulares,
    por ejemplo los pelones (Sahagún 1979) y el resto simplemente no tenían
    valor alguno ni les merecían el menor interés “acabemos con la basura que
    existe en esta tierra y traigamos lo nuestro, que es lo único de valía”
    pensamiento no escrito pero que fue aplicado con todo rigor. Indígenas y
    perros nativos eran entidades desechables, carentes de todo valor y para
    los cuales no existía la menor consideración frente a un nuevo orden donde
    lo europeo debía ser lo único importante, empezando por los perros.
    Varios ejemplos ilustran muy bien esta situación: los conquistadores
    españoles utilizaron al perro como represor hacia los indios americanos en
    especial los que practicaban la homosexualidad. Olivas Tur (2000) narra
    esto diciendo: López de Gomara cuenta que Nuñez de Balboa era propietario
    de un perro de nombre “Becerrillo”, el cual era una fiera y formaba parte
    de la represión y violencia hacia los indios. Su hijo “Leoncico” fue participe
    de la tortura a la cual se le conocía con el nombre de “aperrear” así, nos
    cuenta el cronista, en la derrota al cacique Pacra Nuñez de Balboa echó a
    los alanos (gran danés) para que lo despedazaran y sus restos después fueron
    quemados. De igual manera aperreó a cincuenta jóvenes homosexuales y
    después los quemó.

    También Pedrarias Dávila, suegro de Balboa, considerado uno de
    los capitanes más crueles de la conquista (1519) dejaba al más culpable de
    los indios para “aperrearlo”. El cronista cuenta que entregaban al jefe
    indio un palo, para que se defendiera y le soltaban cinco cachorros, éste
    los ahuyentó con agilidad, por lo que luego le soltaban dos alanos y estos
    lo destrozaron a la vista de todos los demás indios. En 1653, Bernabé Cobo
    relata el miedo que al principio tenían los indios hacia los perros traídos de
    España, pero después, con el paso del tiempo, dejaron sus animales por
    perros europeos y que esta fue la razón por la que supuestamente se
    extinguieron las formas nativas. Cuenta también como cada indio tenía
    uno o más perros en su casa, pero que comúnmente se encontraban sucios
    y sarnosos. Con la misma opinión el cronista León Pinelo en su obra “El
    paraíso en el Nuevo Mundo” (1656) dice que ya no quedan perros indígenas
    porque se mezclaron con los perros de Europa y resultó una raza mala.

    continua
     
  6. clause

    clause Claudia

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    Re: Cave Canem


    Valadez y Mendoza EL PERRO COMO LEGADO CULTURAL

    El perro nativo latinoamericano en la actualidad
    Después de cuatro siglos de dominio del pensamiento europeo, los
    latinoamericanos estamos en posibilidad de dirigir parte de nuestro esfuerzo
    en recuperar y salvaguardar nuestro legado cultural con todo lo que ello
    implica, incluyendo a las formas nativas de perros que continúan existiendo,
    sobre todo en los lugares donde es visto y evaluado por la gente no por su
    pedigrí, por su costo material o por la imagen que le otorga al dueño dentro
    de su esfera social, sino simplemente por su condición de perro y los servicios
    que le proporciona al dueño en aspectos como la compañía o la lealtad.
    Los estudios de ADN han sido definitivos en el sentido de que
    demuestran que los perros nativos americanos representan una parte
    insustituible de la historia de la especie, tan valiosa como los dingos, los
    perros cantores de Nueva Guinea o alguna otra raza que es vista en la
    actualidad como monumento vivo de la historia de este animal. La idea de
    que en la actualidad no existen formas nativas de perros en América latina
    es falsa, tanto como lo es el término “perro criollo” como calificativo de
    todo perro común con pelo y al cual se le considera descendiente de perros
    españoles. Las formas nativas latinoamericanas existen no en las ciudades,
    sino en la provincia, en regiones apartadas donde grupos humanos y de
    perros han tenido poca influencia externa. Es necesario ubicar a estas formas
    sencillas, “comunes” (Figura 5)
    poco llamativas para quienes
    vivimos. La única forma de perro
    latinoamericano que ha sobrevivido
    a esta devaluación es el pelón
    (Figura 6), gracias a que no existía
    equivalente en el Viejo Mundo
    (Valadez y Mestre 1999) sin embargo
    nunca se le consideró parte
    importante del universo de perros
    “importantes” y fue visto más bien
    como artículo exótico. No obstante
    que se ha demostrado que es una
    excelente mascota familiar, sobre
    todo en las ciudades, donde los
    departamentos exigen que perros
    y hombres compartan espacio e
    instalaciones, no deja de ser
    normal el comentario de la gente
    que lo considera un animal poco
    atractivo, demasiado complicado
    (Valadez 2002) y sin la talla de las
    razas europeas, algo similar al
    momento en el cual los latinos
    compramos productos que nos
    ayudarán a darle un tono más claro
    a nuestra piel.
    [​IMG]
    Figura 5. Perro común mesoamericano
    [​IMG]
    Figura 6. Perro pelón mexicano o xoloitzcuintle.

    Continua
     
  7. Re: Cave Canem

    Hola Clause! Has puesto mucho ultimamente y no he tenido tiempo de leer todo, con estos dias ajetreados antes de Navidad, ojala yo pueda agarrar un tiempito y leer todo. Feliz Navidad Clause!
     
  8. clause

    clause Claudia

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    Re: Cave Canem

    :11risotada: :11risotada: :11risotada: Y encontré esta investigación y me entusiasmé copiando, si es mucho...voy más despacito, asi doy tiempo a leer!!!:11risotada:
    Te dejo un beso Joannag,Feliz Navidad para vos tambien!!!!!!!:beso:
     
  9. clause

    clause Claudia

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    Re: Cave Canem


    EL PERRO COMO LEGADO CULTURAL
    Raúl Valadez Azúa
    Velia Mendoza España

    Continuación

    El perro dentro de la investigación antropológica mexicana
    Antecedentes
    En 1988 la Maestra Alicia Blanco Padilla y el Dr. Raúl Valadez
    Azúa, biólogos de formación y egresados de la Facultad de Ciencias de la
    UNAM, decidieron unir sus esfuerzos para crear un marco de referencia
    que permitiera abordar el estudio de los restos arqueozoológicos de cánidos,
    en especial a los perros, a partir de procedimientos basados en el método
    Valadez y Mendoza EL PERRO COMO LEGADO CULTURAL 27
    Figura 5. Perro común mesoamericano.
    Figura 6. Perro pelón mexicano o xoloitzcuintle.
    científico contando con el apoyo de los médicos veterinarios Fernando
    Viniegra y Eugenio Millán. La propuesta inicial de trabajo abarcó desde la
    búsqueda de documentos y entrevistas con académicos de diversas áreas
    hasta la crianza de perros pelones para crear bancos de información a partir
    de la propia experiencia. Esto permitió que nueve años después existiera
    una osteoteca de perros pelones, archivos de documentos e imágenes y
    elaboración de varios artículos en los cuales se caracterizó al perro pelón y
    se registró por vez primera la existencia de varias razas en colecciones
    arqueozoológicas.
    El impacto de estos productos fue óptimo, pues permitió que un
    Museo financiara un proyecto de investigación cuyo fin era la
    reconstrucción de la historia del perro pelón mexicano. Gracias a este paso,
    dos años después se tenían dos libros, un documental para TV. y el convenio
    de colaboración con la Universidad de los Ángeles, en California, para
    extraer el ADN de muestras de perros prehispánicos.
    Proyecto “Genealogía y desarrollo de la especie Canis familiaris en
    Mesoamérica”
    En 1998 se creó el proyecto “Genealogía y desarrollo de la especie
    Canis familiaris en Mesoamérica” con el propósito de que la investigación
    continuara, con especial énfasis en lo referente a la investigación
    arqueozoológica y con el apoyo formal del Instituto de Investigaciones
    Antropológicas y la Dirección de Salvamento Arqueológico del INAH2.
    En ese mismo año se incorporó como miembro del equipo el biólogo
    Bernardo Rodríguez y poco después la veterinaria Katiuska Olmos. El 20
    de septiembre de 2001 el proyecto fue presentado y aprobado en el Consejo
    Nacional de Arqueología, lo cual le convirtió en el primer proyecto de
    arqueozoología con reconocimiento oficial por parte del INAH.

     
  10. clause

    clause Claudia

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    Re: Cave Canem

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    Que Jesús ,que se hace niñito nuevamente para nacer entre nosotros, los colme con Su Amor!

    Felicidades!!!!!!!!!!!!!
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  11. clause

    clause Claudia

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    Re: Cave Canem

    FELIZ NAVIDAD!!

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  12. mai^a

    mai^a My Garden

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    Re: Cave Canem

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  13. mai^a

    mai^a My Garden

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    Re: Cave Canem

    gracias clausecita!!! ... que bello pesebre
     
  14. clause

    clause Claudia

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    Re: Cave Canem

    Maia!:beso: :beso: Feliz Navidad!!!
     
  15. mai^a

    mai^a My Garden

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    Re: Cave Canem

    clau! Que hermoso!!
    debo en verdad tomarme un tiempito porque está
    más que interesante!, cuantas cosas salen! GRACIAS
    por traernos tanto conocimiento e información!:razz:

    FELIZ NAVIDAD clau!