A Garachico (para Andy) Siento nostalgia por tu roque negro por tus calles empinadas, sinuosas por tus casas blancas, siempre preciosas. Y al Señor volver una vez mas ruego con toda mi alma, desde mi morada plagada hoy de nieve, mañana rosas; en primavera pisar tus hermosas playas, hogar de sirenas y diosas. Por tu montañeta voy caminando en mis dulces sueños, mientras la brisa trae tu aroma inconfundible. Pensando en tí, que nunca vivirás deprisa, que siempre tu amor me estará esperando... Siento que en mí surge una gran sonrisa.
Fábula del ruiseñor y la bruja En el tronco de un árbol milenario una vieja hechicera hizo su hogar para de esta manera enamorar a un lindo ruiseñor legendario. Y creando las pócimas de su herbario poderoso filtro le hizo probar; y el pajarillo se puso a soñar en un hechizo nada voluntario. Perdió entonces todo su canto y gloria y la bruja vio desesperada que nunca se debe quebrar la historia. Y sintiose por una vez turbada y una conclusión guardó en su memoria: Forzar el destino lleva a la nada.
A tí A esa rosa escondida en el jardín a quien nadie hizo nunca ningún caso, que siempre florecía con retraso compondré una sonata sin violín A sus flores tan tardías y hermosas, A sus tallos que quieren ir al paso del sol, a sus hojas que por si acaso no viesen su luz se visten gloriosas. A tí, que vives en un imposible, que siempre resucitas, año a año. que sientes una fuerza irresistible de elevar a las estrellas tu engaño, de hacerte para todo apetecible... A tí te canta este loco ermitaño.
Amor del sur Recuerdo tu sonrisa en la mañana; tu cabello ondulado en mi memoria y veo de tí esa imagen ilusoria blanca rosa en primavera lozana. Luna de mi amor, desde mi ventana te miro recorrer tu trayectoria y algo en mi corazón sabe a gloria cuando tu dulce rostro se engalana. Suspira el viento por tí cuando cruzas la calle; del cielo te están mirando con su vuelo pausado las lechuzas, que luego, a medianoche, irán cantando tu virtud a las sombras andaluzas que furtivamente te están amando.
Para Athla veritas viae finis est La verdad es el final del camino, nuestro paso honrará la libertad, sembraremos semillas de bondad hasta que se cumpla al fin el destino. Un destino fijado en las estrellas que nos alivian en la soledad, que nos alumbran en la oscuridad dejando el recuerdo de nuestras huellas en la tierra; que debemos pisar con firmeza, con garbo, con pasión; con la esperanza de que nuestro mar en las olas del tiempo cante el son del sueño que vivimos al amar, de la vida soñada al corazón.
Reflexiones Nunca podrá vivir el ser humano si carece su espíritu de amor; sentirá siempre un fuego abrasador por no haber comprendido el gran arcano. La suerte parece estar en tu mano; cuatro ases y escalera de color... No hay azar para el que cree en el Señor, ni suerte mayor que la de un hermano. En la Tierra estaremos cada día esperando que todo tenga fin, al Cielo rogando con alegría, pues éste es el único trampolín. Si ves que la noche se queda fría vuelve al hogar, que por tí hay un festín.
Cántico de alabanza ¡Tu gracia Señor, me ilumina tanto! Eres esa luna llena en la noche de verano, el primoroso broche que cierra el velo eterno al que yo canto con voz queda, casi susurrante. Eres la gran roca en la que me imanto para llegar al Norte, puro y santo donde espera tu rostro fulgurante. En mi corazón guardaste un secreto; tuve que descubrirlo con dolor. Fue la prueba de mi fe y mi respeto a toda tu obra de gloria y honor; ensalzando al espíritu discreto, demostrándonos por siempre tu Amor.
El duende y el oso En aquel bosque oscuro y tenebroso vivía un travieso duende junto al río que vio su vida metida en un lío al querer gastarle bromas a un oso contra él alzó las zarpas airoso y le dijo con voz profunda y hastío ¿por qué me escondiste la miel que ansío? a lo que le respondió temeroso: Yo no he sido, fue la ninfa del cauce: Entonces el oso al río se tiró y el torrente lo llevó bajo el sauce y allí por su gula el tonto se ahogó. El duende se libró del duro lance y con sorna de aquél oso se rio.