Antes de continuar creando, voy a ir aquí recopilando, que se me están desperdigando (y perdón por el ripio) *** Dudando de mí En este rincón frío y oscuro pienso en qué ha de ser lo siguiente que pase, mas no sé cuán puro es el valor de la simiente y no hay desdicha mayor ni mas duro golpe, que el huerto sea una seca fuente Y mis lágrimas no sepan saciar esa sed de mis plantas. Y mi fuerza me deje y no pueda verte. Y mi ser se vaya, olvidándome quererte. Tierra labrada, que al amanecer del año te levantas.
Escucho ya el ruido de la azada destrozando raíces harapientas A la abuela, haciendo la colada Al hijo preparando sementeras Deshacense los hielos de las sombras. Crece el sol y las hierbas nuevas Despuntan ya los ajos a solas Arrancan ya las coles tiernas Y nace esa sensación sincera Indescriptible Ese aroma inconfundible Que anuncia ya la primavera
Una lazada tras otra la luz no llega Oscuridad de otoño. Despierta con el crepitar de las hojas en el huerto vacío Un rumor amargo que de tí se despoja Tras la larga y tensa espera de hielo, de frío Descubre su corazón blanco la escarola
Al pimiento picante De verde, tu piel desnuda te viste mientras la carne dura ensombrece una fruta, que a medida que crece toma los sabores de lo que fuiste: Raíz, fija en la tierra que creciste; dulce, de la manzana que se mece al aire del estío que fenece; fuego, de aquella tarde en que moriste. Víctima de mi mano, te arranqué de entre tus hermanos y tu vecino, pero nunca jamás imaginé que una vez secado tu destino, todo lo dulce y meloso que hallé se convirtió en fuego por el camino.
Terminé por cansarme de escuchar tu voz en la lejanía y te buscaba allí donde nadie antes imaginó. Debió ser por un momento, pensaste... Pero no, aquí sigo tras de tí, y no me detendrá de mi camino ni el tiempo ni la razón hasta que la muerte le dé a este viejo corazón lo que la vida no me quiso conceder. Así, ciego, sordo y enloquecido por tí seguiré hasta que, pasado ya nuestro recuerdo, solo vivamos bajo el velo de la eternidad la luz que hay tras el amanecer de nuestro amor.
Villancico Y así quiso el mundo Que viniese a nacer Desnudo entre paja El niño en Belén Hoy ha sido el día Que quiso el Señor Darnos a su hijo Con todo su amor En noche estrellada Mostró su poder: Entre los humildes Está su saber Y así quiso el mundo Que viniese a nacer Desnudo entre paja El niño en Belén Tres reyes de oriente Vinieron con fervor Buscando una estrella Luz del mundo y color Que todo lo llena... Y hallaron con placer Que allí entre los pobres Dios la fue a conceder Y así quiso el mundo Que viniese a nacer Desnudo entre paja El niño en Belén *** ¡Feliz Navidad!
El sol, como un cadáver, lento, lento, descendía al sepulcro, descendía.... Su disco de oro, súbito se inflama, y al rojizo fulgor de la audaz llama, la víctima inocente se estremece, protagonista del divino drama, un beso dando al orbe que perece...... (John Milton.)
Sugerente y bello poema de Milton Siempre me pareció un gran creador de versos, figuras e ideas, de un ingenio parejo al de Arquímedes (sabes dónde acabaré, ¿no? ) ¡gracias por compartirlo Trasímedes! *** Prosigo Cabizbajo, que el mundo le llama Como queriendo destrozar su sombra Entre la luz infernal de las farolas En el suelo Encorvado como si cargase un saco De prensados pensamientos de cemento Que martillean neumáticamente Su taladrado cerebro de elefante Desmemoriado, que no se orienta Ni hacia el occidente de las cosas. ¡Buenas!... ¿noches?
La música del alma perdida Cada vez que tocan las cuatro notas de la flauta que esconde mi lamento siento elevarse todo mi tormento y mi pesar por esas vidas rotas Desolada orilla en que las gaviotas se funden con el mar del esperpento hurgando en caótico movimiento que se pierde debajo de mis botas. Mi mirada, perdida en tus anhelos busca siempre su propia ubicación mas lejana que el reino de los cielos Donde siempre espera tu corazón libre ya de congojas y de duelos a conmigo ser uno en comunión.
Sincera mi voz duerme enterrada en el silencio de la vida Oscura la decisión de callarse ha vencido y no habla de si misma sino de tí Escucha Aquello que nunca dije pues nunca podrás oirlo si no es ahora Apaga La luz del día que me viste llegar a tí en la noche de tu alma Pues ya no estoy ni soy si no es contigo
Del perdón I Hubo un tiempo, allí donde la paz duerme, un largo y tibio sueño inalcanzable. Magnífico final, insuperable cima de este mundo, que vino a verme al hogar de mi morada. Inerme estaba yo, tumbado cuando el sable atravesó mi corazón afable, trocándo todo en amargura al serme como el hombre huraño, que siempre llevo encerrado en la mazmorra de mi alma e iracundo se rebela de nuevo. Traición es su nombre, lo que no calma ese profundo dolor que promuevo siempre que escucho la voz del que ensalma. II Pues sé que en el fondo también es hombre y que igual que yo, también lo padece y aún sabiendo que no se lo merece, tiene mi perdón y mi sobrenombre. De mis ruinas será quien desescombre aquello que quede y al ver que crece esa semilla que rejuvenece, quién sabe si no se asombre y viva por un momento un suspiro, que calme su sed de eterna venganza y tenga por fin ansiado respiro. Encontrando la bienaventuranza por Ti concedida y a la que aspiro... ¡Ésa eres Tú; mi única esperanza!
lamentos tras la resaca Díjeme a mi mismo una ocasión: ¡tente!, que algo hay en la profunda tumba negro; tan negro como yo sin ver el cielo que se cae a pedazos por la mente de mi mirada simple y de miope. Que no alcanzaba a verte como fueras, no fuese que tuvieras a las puertas un oprobio de nata y de sirope. Payaso hasta el final habré de ser; un rucio haragán trovadoresco que no reconoce ni al ser grotesco si le dan cuatro perras que beber. Y aun en tal final, habré de tener que enjuiciarme yo siempre el primero; pues mi juicio nulo ser y certero ditirambo, mi vida parecer.
¿Qué podría decir de ti, amor mío? Mis oídos, al escuchar tu voz entran en un éxtasis de alegría Estremecen mis entrañas tus besos En un fugaz momento, tu mirada se cruza con la mía y todo es luz. Por un instante despierto del sueño y descubro tu pecho contra el mío y dudo si dormir o despertarte... Para soñar juntos, soñar despiertos; despertando a una mañana de ensueño. Y te miro, recostada en mi lecho descansando plácida; te anhelo siempre a mi lado, siendo mi desvelo en esta noche larga, mi consuelo. ¿Será posible que tanto te quiero que cuando no estás, soñándote muero?
Que viva la cursilería Escucho tus suspiros por la noche alcanzando a imaginar mis placeres; susúrrame al oído que me quieres y serás de mi corazón el broche. Sé que en ocasiones soy un fantoche, el mas absurdo y loco de los seres, pero todo aquello que me exigieres lo cumpliría sin ningún reproche. Así de enamorado estoy de tí, presto a concederte todas las flores: rosa, clavel, pensamiento, alhelí... Por mucho que se vistan de colores nunca serán como tú eres en mí; dulce y bella dama de mis amores
Una voz en la noche Perturbadoras palabras escucho en esta herrumbrosa soledad: "Tu camino sólo será verdad después de que tengas que sufrir mucho". Y pienso y lamento; y sufro y no lucho, pues no es a mí a quien dicen: ¡luchad!, eso es cosa de guerreros. ¡Cantad! Que han ganado sin un solo cartucho, que han roto las cadenas de la guerra, que han sellado un pacto eterno de paz, que tiemblen las montañas en la sierra, que vuele por fin el blanco alcatraz libre en la orilla, que en secreto encierra sobre las olas la brisa fugaz.